La reforma de los delitos de malversación y sedición en el Código Penal ha abierto un frente interno en el PSOE, cuyas críticas contra las decisiones de Pedro Sánchez suben cada día en decibelios. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, uno de ... los barones socialistas más críticos con la dirección del partido, dijo este martes sentirse «dolido» porque, señaló, «no es tolerable pactar con delincuentes su propia condena».
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Lo dijo en referencia a los dirigentes catalanes condenados por el 'procès' e insinuando lo que ya reconoció hace una semana el portavoz de Esquerra en el Congreso,Gabriel Rufián, que la formación soberanista usó su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado «como palanca» para suprimir el delito de sedición. Por ello, y una vez que los republicanos plantean llevar a la próxima reunión de la mesa de diálogo con el Gobierno una propuesta de referéndum, Page consideró que «es un momento duro que me duele como español y como militante. Les hablo como presidente de comunidad autónoma, en el rango de absoluto afectado».
Durante una rueda de prensa tras celebrar en Ocaña (Toledo) el Consejo de Gobierno, el barón socialista insistió en que «los delincuentes no están arrepentidos, sino marcando su hoja de ruta hacia la independencia» y anunció que presentará una iniciativa legislativa para «impedir» consultas «en las que unos pocos hablen en nombre de todos». Aunque no detalló la fórmula ni si esta propuesta llegará desde el ámbito autonómico o lo hará a nivel nacional.
En respuesta a estas palabras, la cúpula del PSOEtrató de evitar entrar al choque. El que se mostró más crítico fue su portavoz parlamentario, Patxi López, que, visiblemente molesto, se limitó a evidenciar que existen discrepancias con el dirigente regional: «García-Page dice lo que dice y yo digo lo que digo. No son posiciones coincidentes». El exlehendakari remarcó, sobre el delito de malversación –la gota que ha colmado el vaso para el presidente castellanomanchego– que «el compromiso del PSOE era no rebajar la lucha contra la corrupción, al contrario, la hemos endurecido, y no despenalizar la malversación. Lo que hemos hecho es diferenciar entre el que se lleva el dinero a casa y el que lo desvía a otro punto de la administración». López justifica esta postura, además, defendiendo ante Page que «la convivencia en Cataluña es mejor ahora que en 2017, cuando gobernaba el PP».
Por su parte, la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, eludió pronunciarse en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, pese a las reiteradas preguntas que le lanzaron los periodistas sobre estas declaraciones.
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Desde el PP, su portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, sí recogió, en cambio, el guante lanzado por el presidente de Castilla-La Mancha, e invitó a parte de los diputados socialistas a no apoyar esta reforma en el Congreso. «Las declaraciones de Page dicen una cosa y hacen la contraria, lo que hace el partido en el que milita, el PSOE. ¿Qué van a votar los diputados socialistas de Castilla La-Mancha el jueves? Le invito a que el jueves lo nueve diputados socialistas de Castilla-La Mancha no avalen esto. Pero ya no queda ni partido», afirmó.
El barón socialista, en previsión de la tormenta política que iban a desatar sus palabras, como en otras ocasiones, había avisado previamente a la vicesecretaria general del PSOE,María Jesús Montero, de lo incendiario del discurso que iba a pronunciar. También comunicó a la dirección federal de su partido que no iba a pedir la convocatoria de un comité para exigir internamente aclaraciones por la reforma del Código Penal, entre otras razones, porque para entonces esta ya se habría aprobado.
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Sus palabras coinciden con las expresadas por un histórico dirigente socialista, el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, que este martes dijo sentirse «decepcionado» por esta cuestión. «Legislar con nombre y apellido –en relación con la sedición y la malversación– corrompe la política y es una forma de corrupción» porque las leyes quedan amortizadas», dijo refiriéndose a la apuesta de ERC de llevar un referéndum a la mesa de diálogo.
La reforma de la sedición y la malversación –especialmente esta última– ha removido los cimientos del partido, obligando a pronunciarse a otros dirigentes regionales como Javier Lambán (Aragón), Juan Lobato (Madrid), o LuisTudanca (Castilla y León), que también han mostrado sus recelos en público.
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