Alberto Núñez Feijóo se comprometió este viernes a «revertir», si llega a la Moncloa, la reforma legal impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez que va a beneficiar a los dirigentes independentistas catalanes acusados y condenados por sedición. Una decisión que el líder del PP ... tildó de «aberración» durante una declaración institucional efectuada en la madrileña sede de Génova, en la que instó a todos dirigentes y cargos públicos del PSOE a decir lo que piensan y actuar en consecuencia. «No hay subterfugios posibles. O se está con los condenados y los fugados o se está con la legalidad», aseveró.
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El líder gallego, recién llegado de su gira latinoamericana, se enfundó el traje de hombre de Estado y con un escenario muy cuidado para la ocasión –una bandera de España y otra de la Unión Europea le acompañaban de fondo– acusó al jefe del Ejecutivo de pretender «reescribir la respuesta jurídica que el Tribunal Supremo dio al intento de sedición de 2017» con una reforma legislativa que «está comprometiendo gravemente la independencia judicial». «Ha aceptado el chantaje independentista a costa –denunció–de desarmar a la nación de un instrumento para proteger su integridad».
Dos semanas después de que el PP decidiese suspender las negociaciones con el Gobierno al no tener garantías de que aparcaría la reforma, un «compromiso personal» que el presidente adquirió con Esquerra, se han cumplido los peores presagios de Feijóo y su círculo. El PSOE y Unidas Podemos registraron a primera hora de ayer la proposición de ley en el Congreso que revoca el delito de sedición vigente y crea otro de «desórdenes públicos agravados» con una pena máxima de cinco años, abriendo la puerta a que el Supremo revise la condena de 13 años por sedición y malversación y otros tantos de inhabilitación del exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, y de los otros nueve sentenciados por ese ilícito sedicioso.
Una decisión que ha hecho saltar todos los puentes entre el primer partido de la oposición y el Ejecutivo sin visos ya de que puedan reconstruirse en lo que queda de legislatura y que anticipa una nueva etapa de confrontación total en una larga precampaña. «Lamento tener razón en que Sánchez pone siempre su interés político por encima del de España», se reafirmó Feijóo antes de volver a cagar contra Sánchez por aceptar «doblegarse» ante las pretensiones de ERC con una reforma «a la carta» de los líderes soberanistas. «Se están aprovechando los instrumentos del Estado para privilegiar a políticos concretos», censuró.
Reforma del delito de sedición
El jefe de la oposición, que evitó recoger el guante lanzado por Ciudadanos para presentar una moción de censura contra Sánchez, rechazó el argumento de que la iniciativa del Gobierno busque homologar el tipo penal a los países del entorno europeo, como defienden los socialistas y sus socios de Podemos. «Es obscenamente evidente –juzgó– que no existe ninguna razón bienintencionada para esta decisión».
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Bajo la atenta mirada de la secretaria general, Cuca Gamarra, y del coordinador general del partido, Elías Bendodo, el líder del PP alertó también de que este tipo de maniobras van en contra de la convivencia en Cataluña, que ya quedó muy desgastada tras la consulta ilegal del 1-O, y se comprometió a «defender y proteger» a todos sus ciudadanos, independientemente de su ideología, porque «la impunidad nunca trae convivencia».
Sin perder de vista las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo, Feijóo buceó en el descontento mostrado por algunos barones del PSOE y situó a Sánchez fuera del marco constitucional y de cualquier equilibrio entre los dos grandes partidos. Tanto, que ubicó al líder socialista «más cerca de ERC que de la Constitución». En su opinión, el PSOE ha huido de «la moderación, de la centralidad política y de la unidad constitucional» y se mueve exclusivamente por el «interés personal» de quien hoy lo lidera. Enfrente, remató, un PP moderado y centrado que no permitirá que se «abaraten» los ataques a la Constitución.
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Por la mañana, la secretaria general, Cuca Gamarra, incidía, en que las intenciones del jefe del Ejecutivo son de enorme gravedad, y además el hecho de que vaya a hacer la reforma mediante una proposición de ley, evitando así los informes preceptivos, aunque no vinculantes del CGPJ y del Consejo de Estado. «Lo que está detrás es al final utilizar todos los resortes que tiene a su alcance y con una intromisión en otros poderes. Esto no deja de ser al final que elegir entre Montesquieu y Maquiavelo y siempre Sánchez elige a Maquiavelo. Es un asalto al orden constitucional», aseveró.
Con este movimiento, según Gamarra, queda demostrado que su formación acertó al romper las negociaciones con el PSOE sobre el Poder Judicial, a pesar de que en un primer momento ella misma desligó esta reforma de las conversaciones. «El tiempo nos ha dado la razón de que no podíamos materializar el acuerdo del CGPJ porque lo que nos estaban diciendo -recalcó- era mentira, y la mentira la descubrimos a tiempo».
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Para el número tres de los populares, Elías Bendodo, la reforma legal es «una infamia» y «una agresión al conjunto de los españoles». «No todo vale por sacar unos Presupuestos adelante. Para Sánchez vale lo mismo declarar la independencia en contra de la Constitución que quemar un contenedor», apuntó en Telecinco, donde advirtió al presidente que «no todo vale». para superar las líneas rojas. «El independentismo -sentenció- ha conseguido poner de rodillas a Sánchez».
La presidenta de Ciudadanos cargó este viernes contra Sánchez con toda su artillería. Inés Arrimadas acusó al presidente del Gobierno de no tener «escrúpulos» y de beneficiar a «delincuentes» para mantenerse en el poder, todo lo cual justificaría, a su juicio, que el PP presentara de inmediato una moción de censura.
La dirigente catalana afirmó que la proposición de ley del PSOE y de Unidas Podemos para acabar con el delito de sedición es «el mayor ataque al sistema de garantías democráticas por parte de un Gobierno de España», algo sin precedentes. «Es un día negro para los españoles y para nuestra democracia», ha sentenciado. En su opinión, Sánchez, a quien define como «el señor sin escrúpulos», ha decidido cambiar el Código Penal para «beneficiar a un puñado de delincuentes que le sostienen en Moncloa». «Esto parece una república bananera en manos de un presidente sin escrúpulos», sostuvo.
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