Secciones
Servicios
Destacamos
Episodio 10
00:00
27:37
Seis meses después del asesinato de Javier Ardines, agentes del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil derriban tres puertas y entran en tres domicilios: uno de ellos es la casa de Pedro Nieva.
Una investigación periodística con la colaboración de
Infografía
En el documento del sumario se observan dos botes de gas pimienta que fueron incautados por la Guardia Civil en la vivienda de Maamar Kelli.
Extracto del sumario en el que se recogen los enseres encontrados en casa de Nieva durante el registro tras la detención.
Documento del sumario en el que se recogen los objetos encontrados en casa de Maamar durante el registro tras la detención.
Tras el asesinato, los investigadores buscan en los centros médicos de Asturias y Cantabria oriental. Revisan la identidad de todas las personas que han sido atendidas en Urgencias. Piensan que los asesinos han podido sufrir alguna herida por si Ardines pudo defenderse. Llegan a revisar decenas de historiales médicos. Aunque sin suerte.
Imagen de la detención de Pedro Nieva en su domicilio de Amorebieta por la Guardia Civil.
Vídeos
Olaya Suárez, redactora de sucesos de EL COMERCIO, cubrió la última hora del asesinato del edil de IU.
Vídeo de la detención de Nieva en su casa de Amorebieta en febrero de 2019.
Vídeo de la declaración de Pedro Nieva ante la jueza instructora del crimen de Llanes.
[SONIDO AMBIENTE DE LA SALA DE JUICIOS]
Narrador En España hay 46.000 abogados del turno de oficio. Defienden a las personas que no tienen un letrado particular. Casi siempre, gente sin recursos. Su trabajo es aconsejarles, darles la mejor defensa posible.
Gaizka Garzón Para si le conviene declarar, para que te cuente qué es lo que ha sucedido y que tú le orientes para su defensa.
Narrador Gaizka Garzón lleva 28 años ejerciendo como abogado en Bilbao y habrá cubierto un millar de estos asuntos. Conoce bien los entresijos de la profesión.
Gaizka Garzón Vas a llevar siempre su defensa. Si está detenido, le van a poner a disposición judicial al día siguiente y te van a llamar del juzgado para que le asistas en su declaración.
Narrador Cobran de media 300 euros al mes, aunque hay grandes diferencias entre comunidades autónomas. No es mucho dinero, pero el sector está tan tocado que para bastantes profesionales es la única forma de subsistir. El turno de oficio es una lucha constante. Garzón recuerda una jornada especialmente ajetreada.
Gaizka Garzón Un día me llamaron para doblar al letrado que estaba de guardia para ayudarle porque habían ido al Puerto y había allí 34 albanokosovares detenidos.
Narrador Es la excepción. Lo normal es mucho esfuerzo y pocos resultados.
Gaizka Garzón Pero claro, eso a mí en 25 años me ha pasado tres veces, esos números son algo inusual.
[SONIDO AMBIENTE JUICIO]
Narrador No es lo mismo ser abogado de oficio en una ciudad como Bilbao que en Llanes. Juan Arnaldo tiene su despacho en Oviedo.
Juan Arnaldo En el partido judicial de Llanes. Son guardias de semana. Estamos un compañero cada semana de guardia. Lo cual... bueno, pues ya te hará pensar que estamos hablando de un sitio bastante tranquilo.
Narrador En el concejo asturiano no se producen grandes delitos.
Juan Arnaldo Desde un robo, una pelea, algún delito contra la seguridad vial.
Narrador Tal vez por esa tranquilidad con la que se ejerce el turno de oficio en Llanes, a Juan Arnaldo le sorprendió tanto que el teléfono sonase más allá de las 9 de la noche del 19 de febrero de 2019.
Juan Arnaldo Estaba jugando al Atlético de Madrid y me avisaron en mitad del partido.
Narrador Y le sorprendió todavía más que el asunto fuese un homicidio con varios investigados.
Juan Arnaldo Te preparas y vas para ahí. En este caso al cuartel de la Guardia Civil de Llanes.
Narrador Allí le está esperando su cliente. No le conoce de nada. No es uno de los delincuentes habituales de la zona, los que suelen recurrir al turno de oficio. Se llama Pedro Luis Nieva Abaigar. Es vizcaíno. Tiene 49 años. Y le acusan de ser el cerebro del mediático crimen de Javier Ardines, concejal de Izquierda Unida y amante de Katia, la mujer de Pedro Nieva. Lleva la misma barba desaliñada que tenía cuando fue detenido dos días antes en Amorebieta.
Juan Arnaldo Naturalmente no entré a preguntarle si era inocente o culpable. Él declaró lo que consideró oportuno. Y nada tengo que decir al respecto.
LAS DOS MUERTES DE JAVIER ARDINES. EPISODIO 10: PUEDE PASAR CUALQUIER COSA
Narrador El 19 de febrero de 2019, a las 5 y 59 minutos de la mañana, agentes del Grupo de Acción Rápida, el GAR de la Guardia Civil, están a punto de derribar tres puertas. Una en Bilbao, otra en Amorebieta y la tercera en Erandio. Quieren capturar de manera simultánea a tres de los cuatros sospechosos por el crimen de Javier Ardines.
Cinco hombres y dos mujeres de la Unidad Central Operativa, con el apoyo de efectivos de Asturias, llevan meses trabajando para llegar a este punto.
Lorenzo Silva Bueno, yo los conozco, es una mezcla de experiencia y entusiasmo.
Narrador El escritor Lorenzo Silva sabe bien cómo trabajan los agentes de la UCO que participaron en la investigación. En teoría, nada puede salir mal. Nada debe salir mal. Hay demasiado en juego. Seis meses después, la opinión pública aún se pregunta quién mató al concejal asturiano.
Lorenzo Silva Pues ellos se lo van tomando con tiempo, con calma y son concienzudos. Esa es otra característica de los definen y echan las horas que sea necesario echar.
Narrador Están muy reconocidos en su trabajo.
Lorenzo Silva Creo que si la gente que comete un crimen de este calibre supiera realmente a quién se enfrenta, en muchos casos se abstendría.
Narrador A las seis de la mañana, en punto, los agentes pasan a la acción.
En Bilbao, Djilali, se enfrenta a los agentes. Les grita, y esto es textual, que “le coman la polla y que si tienen huevos, se vayan a vacilar a Afganistán”.
Lorenzo Silva Pero el delincuente por lo menos semi profesionalizado, intenta, intenta gallear de alguna manera. Yo creo que en el fondo es una reivindicación ya casi póstuma del orgullo, porque cuando entra la Guardia Civil, toda la caballería en tu casa es que te han pillado.
Narrador En Amorebieta, Pedro Nieva trata de huir por la buhardilla.
Lorenzo Silva Lo que también denota un poco el amateurismo del personaje. Es decir, eso es muy difícil escapar por una buhardilla y no es además lo más seguro. Pero ya es un momento. En fin, de desesperación, ¿no? Hay que estar bastante en forma y tener bastante confianza en las propias posibilidades para hacer ese tipo de escape. Y sobre todo, en una casa rodeada y tal y como montan los dispositivos.
Narrador Casi a la misma hora, un agente llama a Nuria Blanco, la esposa de Javier Ardines.
Lorenzo Silva La primera persona a la que se le dice que la operación está en marcha, para que no se entere por los periódicos, es a la viuda de la víctima.
Narrador Para que no se puedan destruir pruebas, los agentes registran palmo a palmo los domicilios de los detenidos, también el de Maamar, que tan solo 5 días antes ha sido detenido en Suiza, acusado de tráfico de drogas, robos y agresiones. También ponen patas arriba la casa de Pedro Nieva en Belmonte de Pría, esa que está a 125 metros de donde vivía Javier Ardines.
Lorenzo Silva Cuando entran ya suele haber bastantes pruebas, no entran a buscar las pruebas que permitan incriminarte. Normalmente ya te tienen incriminado y van a buscar como ponerle la guinda al pastel.
Marta Madruga Los agentes buscan cualquier indicio que les pueda vincular con el crimen, y se llevan los dispositivos electrónicos que puedan contener información.
Narrador Marta Madruga es periodista de ‘El Correo’.
Marta Madruga En el chalet de Nieva encuentran más de 18.000 euros en metálico y una decena de móviles, y en su empresa, dos escopetas y un rifle para los que tenía licencia.
Narrador Mientras Maamar duerme en una celda de la prisión de Biel, en Suiza, la UCO confisca en su vivienda de Bilbao un auténtico arsenal.
Marta Madruga Dos sprays de pimienta y dos pistolas táser, una de ellas con forma de puño americano. También siete navajas, cartuchos de escopeta, matrículas falsas, varios móviles y alrededor de 1000 euros en efectivo.
Narrador El supuesto sicario fue el primero en caer. Con su captura se ponía en marcha la Operación Strasse, camino en alemán. La Guardia Civil llama así a la investigación por el nexo entre el lugar donde apareció el cuerpo de Javier Ardines, una solitaria pista en mitad de verdes prados y eucaliptos, y el país helvético.
Los tres detenidos en España quedan incomunicados. No pueden hablar ni con su abogado.
Jesús Mendiguren La incomunicación tiene varias causas, pero una de ellas es eso, o que esa tercera persona o cuarta persona invalide pruebas o las oculte o las transforme o las camuflen.
Narrador Luis Mendiguren es el abogado de Jesús Muguruza, el supuesto intermediario. Cree que la incomunicación vulnera el derecho de defensa. Considera que esta herramienta legal está prevista para otros supuestos.
Jesús Mendiguren Estamos hablando de yihadistas, de terrorismo, de una declaración de alguien que puedes salvar varias vidas. Eso, evidentemente era una broma. Ya no tiene nada que ver.
Narrador Su estrategia es invalidar la declaración de Djilali Benatia. Porque...tras dos días incomunicado, el sicario implica a su cliente en la preparación del asesinato.
Jesús Mendiguren Como consecuencia de la incomunicación es cuando Benaita habla. Es decir, si no hay incomunicación, Benaita no hubiera hablado.
Narrador El detective 3100, ¿se acuerdan?, el que contrató Nieva para vigilar a su excuñado, ve en televisión la noticia de la operación policial.
Detective Fue un shock. O sea, la verdad es que me quedé tres minutos. Estaba en casa. Me quedé que no supe cómo reaccionar.
Narrador Empieza a darle vueltas a la cabeza.
Detective Tuve cierto recelo, cierto, cierta responsabilidad de decir a ver si le he podido ayudar en algo. Y sería sería muy, muy triste, pero nos puede ocurrir.
Narrador El investigador llama al juzgado.
Detective Me pusieron con la persona responsable del caso. Le conté y sabían más de mí. Yo creo que yo de ellos. Entonces fue cuando ya me tranquilicé y me dijeron no te preocupes absolutamente de nada.
[DETENCIÓN DE NIEVA]
Narrador Hasta ahora el crimen de Llanes aparentaba tener detrás un móvil político. Todo el mundo especulaba con planes urbanísticos, funcionarios interinos y tratos de favor. Con las detenciones en Bizkaia, el caso da un giro radical. Javier Ardines fue asesinado por algo tan antiguo como los celos. Por una infidelidad.
Lucía Ramos En Llanes en ese momento, se desata la locura mediática. Muchísimos periodistas, de todos los medios, vienen en busca de respuestas, reacciones...
Narrador Lucía Ramos, periodista de ‘El Comercio', ha estado siguiendo este caso desde el minuto 1.
Lucía Ramos Y, claro, después de la sorpresa inicial, hubo muchas declaraciones. Desde el alcalde, Enrique Riestra…
Enrique Riestra Ante los hechos ocurridos hoy, yo como alcalde de Llanes y amigo personal de Javier, quiero agradecer a la Guardia Civil y los cuerpos de seguridad su trabajo, que hace que hoy la justicia esté más cerca de poder darse.
Lucía Ramos Hasta los propios vecinos. No se habló de otra cosa en muchos días.
Vecino 1 Ya era de que cogieran a alguien.
Vecino 2 Era muy conocido.
Vecino 3 Ojalá pronto se aclare todo y el que la hizo la tendrá que pagar.
Vecino 4 Hay implicados unos cuantos a cuenta de faldas y drogas.
Narrador Mientras Llanes vive su particular marea, como la que azota a los bufones de Pría, esas cavidades que escupen chorros de agua y salitre cuando viene marejada, en Amorebieta, la localidad vizcaína donde reside Pedro Nieva, la noticia causa un terremoto. El caso de Llanes era muy sonado. Pero nadie pensaba que el supuesto inductor del crimen estuviese entre sus vecinos.
Fermín vecino Saber que vive cerca de ti alguien que puede cometer un crimen, pues lógicamente es algo que impresiona y que se comenta hoy, que se habla mucho en la calle, en las terrazas.
Narrador Otro vecino, Fernando Gartzia, que vive en el chalé colindante al de los Nieva, ve cómo se llevan al electricista esposado ante decenas de cámaras de televisión.
Fernando Gartzia Sí, estaba yo aquí con mi mujer. Nos asustó mucho, muchísimo. Yo no sabía nada. Fue terrible. Todo policías por todo lleno, no podíamos salir.
Narrador Todo el mundo quiere saber quién es Pedro Nieva. Su primer abogado, Juan Arnaldo, al que ya hemos escuchado antes, no para de recibir llamadas.
Juan Arnaldo No creo que pasaran más de un minuto desde que entramos al juzgado cuando yo ya estaba recibiendo mensajes, Whatsapps de periodista, de periodista, alguno bueno, alguno famoso de estos que te suena de ver por la tele.
Narrador La faceta política de Javier Ardines pasa a un segundo plano, eclipsada por su agitada vida sentimental. Las múltiples relaciones que mantenía el concejal cobran protagonismo. Se llenan horas y horas de televisión. Por ejemplo, en las cadenas de Mediaset.
[ANA ROSA QUINTANA]
Juan Arnaldo Recuerdo cuando salimos del juzgado los tres compañeros que estaba y estaba al frente del juzgado hasta arriba de periodistas. Una imagen muy curiosa, muy curiosa y desde luego nunca, nunca vista en Llanes.
[LLEGADA NIEVA JUZGADO LLANES 21.02.2019. GRITOS DE PERIODISTAS “PEDRO, ¿CÓMO TE DECLARAS? Y DE VECINOS “LO HICISTE TÚ, HIJO DE PUTA” ]
Pedro Nieva Pues yo quiero manifestar que no tengo nada que ver con la muerte de Javier Ardines. Yo no le he matado ni he mandado a nadie para hacerlo.
Narrador El 21 de febrero de 2019 a las 9 de la noche, después de dos días incomunicado, Pedro Nieva declara. Está esposado. Viste vaqueros y una chaqueta marrón. Tiene las manos entrelazadas en las piernas. Apenas levanta la cabeza. Ha pasado medio año desde el crimen. Piensa que la Guardia Civil no tiene pruebas en su contra. Insiste en su inocencia.
Pedro Nieva También quiero añadir que me siento en indefensión, puesto que yo no soy ningún criminal y se me está comunicando como si fuera un criminal o perteneciese, o como si perteneciera a una banda criminal, cosa que no es así.
Narrador Pero es eso de lo que se le acusa, de liderar un entramado criminal para asesinar a Javier Ardines, el supuesto amante de su mujer, el 16 de agosto de 2018 en Belmonte de Pría, Llanes. Y de utilizar como intermediario a un amigo, Jesús Muguruza.
Jueza ¿No contactó usted con Jesús para ver si Jesús le podía hacer el favor de pegarle una paliza al Señor Ardines o en su caso, para matarle?
Pedro Nieva No.
Narrador Nieva lo niega todo. Dice que no conoce a los dos supuestos sicarios con los que Muguruza le puso en contacto.
Jueza ¿Conoce al señor Djilali Benatia?
Pedro Nieva No.
Jueza ¿De nada?
Pedro Nieva No.
Jueza ¿Está seguro? Este señor ha venido hoy aquí y ha declarado. Y ha manifestado que le conoce a usted.
Pedro Nieva Yo a él, no.
Narrador Djilali, sin embargo, ofrece otro relato. Su confesión, aunque llena de claroscuros, es un torpedo en la línea de defensa de Nieva y del resto de acusados.
Djilali Yo pregunté a Jesús. Les digo, ¿Qué dice Pedro? Y él me dice: Pedro estará contento porque ha muerto el señor. Así me lo dijo, me estará contento. Entonces, en las tres cosas que he oído de muerte matarle, matarle. Entonces, sí, pienso que él quería matarle.
Narrador Durante su declaración, Pedro Nieva se muestra calmado. No le tiembla la voz.
Juan Arnaldo Yo le vi razonablemente tranquilo. Es una situación complicada para cualquier persona.
Narrador Está sentado frente de la jueza instructora. Detrás de él, los agentes de la UCO que le han detenido. A un lado, su abogado de oficio, Juan Arnaldo.
Juan Arnaldo La situación era absolutamente nueva para él.
Narrador Nieva tiene un letrado particular. Pero, al estar incomunicado, en esta primera declaración, le asiste uno de oficio.
Juan Arnaldo Entonces bueno, él un poco perdido, pero bueno, entero.
Narrador Nieva lleva tiempo preparándose para este momento. Sabe que está en el centro de la investigación al menos desde noviembre, cuando la Guardia Civil interrogó a su mujer Katia por segunda vez. Es consciente de que le van a preguntar por la infidelidad.
Pedro Nieva Mi mujer que sea, que tenga una infidelidad. Pues no puede dar motivo a que yo encargue un asesinato para nada.
Narrador También está sobre la mesa la posibilidad de que le pregunten si es el cerebro del crimen.
Jueza Nunca han encargado entonces usted (para nada dice Nieva) por medio de su amigo Jesús a Djilali y a Mammar que le pegaran una paliza al Señor Ardines o que le llegara a matar.
Pedro Nieva Para nada.
Narrador Pero hay una pregunta que no espera. Una pregunta que le rompe.
Jueza ¿Y sabe usted que su mujer desde los 17 años tenía una relación paralela con el señor Ardines?
Narrador Nieva se derrumba. Agacha la cabeza y no la vuelve a levantar. Tarda en contestar. Quién sabe lo que pasa por su mente en este momento.
Pedro Nieva No, me lo han dicho hoy.
Narrador Se acaba de enterar de que Katia y Ardines tenían una relación paralela desde hace 30 años. No quiere responder a más preguntas. El interrogatorio ha terminado.
Pedro Nieva sale del juzgado de nuevo rodeado de flashes. Él, Jesús Muguruza y Djilali Benatia ingresan en prisión provisional en la cárcel de Asturias. No muy lejos de allí, un mar embravecido hace sonar los bufones de Pría.
El 25 de febrero de 2019, la jueza de Llanes pide la extradición desde Suiza de Maamar Kelii, el otro sicario junto a Djilali. No se hará efectiva hasta mayo de 2020. Es el último trámite para cerrar el círculo de sospechosos.
Fernando Barutell Que venía cansado, eran muchas horas de viaje penoso porque vienes esposado y son circunstancias dificultosas.
Narrador Recién llegado de Suiza, Maamar es asistido en su declaración por su abogado, Fernando Barutell. Asegura que no tiene nada que ver en el asesinato.
Fernando Barutell No tenía absolutamente idea de lo que le estaban acusando, ni de Llanes, ni quién era el señor Ardines, ni de nada, de nada, de nada. Y la única relación que tenía era que conocía. Conocía, tampoco es que despachara a diario con él, pero conocía al señor Djilali.
Narrador Junio de 2020. Comedor del módulo 5 de la cárcel de Asturias. Es aquí donde Maamar y Djilali han vuelto a verse las caras. La relación entre los dos argelinos no pasa por su mejor momento.
Ainhoa de las Heras Djilali le reprocha a Maamar que le haya amenazado para que cambie su versión sobre el crimen de Javier Ardines.
Narrador Ainhoa de las Heras es periodista de ‘El Correo’.
Ainhoa de las Heras Ante la jueza Djilali señaló a su compañero como el autor material del asesinato. Se inicia entonces una pelea entre ambos internos. Cuando son reducidos, Maamar le pega un bandejazo a uno de los funcionarios que intentaba separarles.
Fernando Barutell Hubo un incidente que al final quedó en nada. Fue más periodístico, sin ánimo de señalar a nadie, pero bueno, quedó más en el ámbito interno porque al final nunca recibió sanción por aquello.
Narrador Los cuatro detenidos llevan dos años y medio en prisión preventiva.
Ainhoa de las Heras Pedro Nieva fue trasladado desde Asturias hasta la cárcel alavesa de Zaballa. Es extremadamente reservado. Según cuentan quienes le vigilan, está “muy centrado, pasa desapercibido”. Trabaja de electricista, su oficio, y su mujer sigue yendo a visitarlo cada semana.
Narrador ¿Katia y él siguen casados, siguen juntos?
Ainhoa de las Heras Los viernes suelen hacer vises, esos encuentros en los que los presos comparten momentos con sus familiares sin la presencia de funcionarios, normalmente en la intimidad de una habitación.
Katia Llevo 25 años casi casada con él y seguiré casada con él.
Ainhoa de las Heras Esta es Katia, en el juicio que enfrentó a Pedro Nieva y a su excuñado, Víctor González, hace apenas unos meses. Su marido fue absuelto de un delito de lesiones e intento de atropello. A pesar de la distancia que impone la cárcel, y teniendo en cuenta estas declaraciones, parece que su relación pasa por un buen momento.
Narrador El juicio por el crimen de Llanes se celebrará, salvo cambio de última hora, a partir de este otoño. Nueve ciudadanos de Asturias, que probablemente conocían a la víctima por cercanía, serán seleccionados para juzgar a Pedro Nieva, Jesús Muguruza, Djilali Benatia y Maamar Kelii. Un juicio con jurado sigue todo un ritual.
José Ricardo Palacio Se presenta ante ustedes un joven de 80 años que a los 19, en plena carrera de Derecho, decidió ser penalista contra la voluntad de mis padres porque pensaban que me iba a morir de hambre, pues así todo, he sido penalista y he vivido del derecho penal.
Narrador José Ricardo Palacio, eminente abogado criminalista, ha participado en una veintena de ellos en sus 50 años de ejercicio. Llevó la acusación particular, defendiendo a las víctimas, en el primer juicio con jurado celebrado en el País Vasco, cuando aún ETA mataba. El llamado ‘caso Otegi’.
Fue un escándalo. El jurado absolvió a Mikel Otegi de haber asesinado a tiros, con una escopeta de caza, a dos ertzainas en su caserío de Itsasondo. El juicio tuvo que repetirse. Finalmente, fue condenado por la Audiencia Nacional. Pero antes de ingresar en prisión, huyó a Francia y acabó encuadrado en un comando etarra.
José Ricardo Palacio Fue juzgado por un jurado en San Sebastián. Y el jurado dicta el siguiente veredicto, lo tengo grabado en la memoria. Dado que el jurado no duda de que Mikel Otegi mató a los dos ertzainas, pero como no entendemos lo que nos preguntan. O no lo consideramos probado por aquello de que la duda se absuelve. Le absolvemos.
Narrador Para el letrado, fue el mayor fracaso de su carrera.
José Ricardo Palacio Yo recuerdo que cuando el tribunal leyó el veredicto absolutorio, había una señora llorando, llorando. Pero lo que es evidente es que había un jurado con un miedo tremendo.
Narrador ¿Miedo a qué?
José Ricardo Palacio Como por ejemplo me acuerdo a título de anécdota de había un señor que le habían propuesto como candidato para ser jurado, carnicero de un pueblo guipuchi. Y ponía como excusa, que yo no puedo ser jurado, porque si digo que es culpable, tengo como enemiga a la otra parte del pueblo. Si digo que es inocente, tengo como enemigo al otro.
Narrador El de Llanes y el de Itsasondo son casos muy distintos. Pero da una idea de la peculiaridad de los juicios con jurado. Ciudadanos comunes, sin conocimientos en derecho, convertidos en jueces. La selección de los componentes es determinante y las partes pueden recusar a los candidatos. Esto puede condicionar el resto del proceso.
José Ricardo Palacio Tratas de ver sobre todo. Primero, un poco la capacidad mental. Segundo, si están muy influidos por lo que han visto, oído o leído. Tercero, si crees que son muy influenciables. Cuarto, si crees que tienen capacidad suficiente para dictar un veredicto razonable.
Narrador: Con un jurado popular puede pasar cualquier cosa.
José Ricardo Palacio Se comenta en la abogacía. Mire usted. Si me juzgan y soy inocente, que me juzgue un jurado profesional. Pero si soy culpable, que me juzgue un jurado que será más fácil de engañar.
Narrador: Han pasado más de tres años desde la muerte de Javier Ardines. Ahora sí ha llegado la hora de la verdad. Nieva, Muguruza, Maamar y Djilali se enfrentan a una condena de 25 años de prisión cada uno por planificar y ejecutar el asesinato. Pase lo que pase en el juicio, el crimen de Llanes ya ha cambiado para siempre la vida de este paraíso costero. La doble muerte del concejal Ardines, la primera -que se creía política- y la segunda, que tanto tiene que ver con el deseo y las pasiones. Todo lo que escondía una vida, lo destapó una muerte. Dos muertes.
Es verdad que ‘La Bramadoria’ sigue navegando. La barca que una vez fue de Ardines se mece cada amanecer en las olas del Cantábrico. Es verdad que cada 16 de agosto, cada San Roque, hay fiestas. Pero nadie olvida aquel agitado verano de 2018 y sus consecuencias en la política local y en las relaciones vecinales, en la historia del pueblo.
Y en medio de todo, la familia del concejal. Las víctimas.
Hace unos meses pudimos hablar con Nuria Blanco, la viuda de Javier Ardines. La mujer se quejaba. Le parecía que ella, ellos, su familia, “habían sido los juzgados”. Lo tenía muy claro: “Nos hemos llevado la peor parte”.
No quiso que su voz fuera escuchada en este podcast.
“Nos tenían totalmente engañados. No entiendo cómo la gente puede hacer tanto teatro”, nos dijo.
Hablaba, claro, de su prima Katia y del marido, de Pedro Nieva.
Ahora llega el juicio. Nuria y sus hijos quieren justicia. Necesitan descansar. Ya nadie les va a devolver a Javier Ardines. Les han hecho “mucho daño”, dice.
La viuda sabe que “de la cárcel se sale, pero del cementerio no”.
Fue un vecino que había salido a pasear aquella mañana del 16 de agosto de 2018 el que encontró el cadáver de Javier Ardines. Tenía 52 años, era pescador y concejal de Izquierda Unida del Ayuntamiento de Llanes. Quienes lo mataron lo hicieron a escasos metros de su casa, en Belmonte de Pría, después de tenderle una emboscada de la que no pudo salir vivo. Esta es la historia del crimen del conocido político asturiano que conmocionó no solo al concejo, también a una región que en aquella fecha estaba volcada en disfrutar de un verano de romerías, playas y bullicio despreocupado. Y es también uno de los capítulos de la historia de Asturias que ha marcado un antes y un después de la crónica negra de la región. También en la historia de las fuerzas de seguridad y en la de los medios de comunicación, que nos volcamos desde el primer minuto en conocer quién y por qué había decidido acabar con la vida del popular político.
El cadáver de Ardines yacía en mitad del camino que comunicaba su casa familiar con la carretera general, por la que tenía previsto conducir hasta llegar al puerto de Llanes, donde a las 6 de la mañana le esperaba el trabajador de su barco, La Bramadoria, para salir como cada día a faenar. Sin embargo, tres vallas cruzadas le impidieron seguir su trayectoria en furgoneta y le obligaron a apearse para apartarlas. Fue ahí, en la oscuridad y con alevosía, donde fue golpeado por la espalda con un objeto contundente que le dejó aturdido pero no le impidió echar a correr camino adelante en un intento desesperado por sobrevivir. A unos cincuenta metros de las vallas y de su vehículo fue alcanzado por sus agresores. Lo mataron asfixiándolo con la maniobra de mataleón, apretándole el cuello con el brazo por su espalda.
Los sanitarios y la Guardia Civil que acudieron a la llamada del testigo que halló el cuerpo comprobaron de inmediato que se trataba de una muerte violenta. La conmoción se apoderó de Llanes en el día grande de las fiestas del Bando de San Roque.
Durante las primeras horas de aquel funesto día no había trascendido que se trataba de un crimen. En la cabeza de todos, incluida la de los periodistas, rondaba la principal hipótesis de que Javier Ardines había muerto por un infarto o alguna otra patología que le había causado una muerte inmediata. La inmensa mayoría de personas que fallecen a los 52 años lo hacen por causas naturales. Y más en Asturias. La comunidad autónoma con los índices de criminalidad más bajos de todo el país. Mis compañeras de EL COMERCIO que cubren la zona de Oriente estaban en el lugar desde primera hora, pero no fue hasta media mañana cuando me llamaron a Gijón para decirme que al concejal de Izquierda Unida lo habían asesinado.
Necesitaban que les echase una mano con mis fuentes policiales. Llevo más de quince años en el área de Sucesos, pero puedo asegurar que pocas llamadas me causaron tanto asombro como aquella. Habían matado a un político en Asturias. Mi cabeza se retrotrajo de forma inmediata al crimen de Isabel Carrasco, la presidenta del Partido Popular en León, cuyo juicio habíamos cubierto por su vinculación con Asturias: la madre e hija luego condenadas por el asesinato habían vivido en Gijón durante muchos años debido al trabajo de su marido y padre como jefe de la Brigada de la Policía Judicial en la Comisaría.
Javier Ardines, casado y con dos hijos, había accedido al cargo de concejal de Medio Rural, Playas y Personal del Ayuntamiento después de que su partido, IU, se aliase con Vecinos por Llanes, Foro y PP para formar un gobierno cuatripartito, que terminó desalojando a los socialistas del poder. Fue precisamente esa marejada en la que navegaba el Consistorio llanisco lo que disparó los rumores y también las investigaciones. La complejidad del caso hizo que la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón, competente en la demarcación de Llanes, solicitase la participación de la Unidad Central Operativa (UCO). Fue ahí, con la llegada de la élite de los investigadores desde Madrid, cuando confirmé mis sospechas: los hilos de los que tirar y el hermetismo en el pueblo era tal que los trabajos policiales iban a ir para muy largo. Uno de los investigadores asturianos, perro viejo y con las mayores tasas de resolución de crímenes a sus espaldas, me lo dijo dos días después del asesinato: “Esto va a ser la hostia”. Y así fue.
Entre las dos unidades llevaron a cabo uno de los trabajos policiales más laboriosos de los últimos años. Fueron casi seis meses de dedicación exclusiva, sin apenas descanso para los agentes. Uno de los primeros pasos para esclarecer el brutal asesinato fue la toma de muestras de ADN a aquellas personas del entorno del edil que tuvieron contacto reciente con él, así como las entrevistas a su entorno. En las primeras semanas, la investigación se centró en el ámbito municipal. Fueron citados a declarar trabajadores del Consistorio, principalmente personal interino, con quien la víctima había mantenido desencuentros tras convocar una oferta pública de empleo para sacar a concurso los puestos que ocupaban de forma provisional y que en algunos casos se prolongaban dos décadas.
Una de las cosas que más me llamó la atención al hacer trabajo periodístico sobre el terreno es que todo el mundo parecía tener un móvil del crimen claro: que si amantes, que si problemas con los funcionarios, que si conexiones con narcotraficantes, que si problemas de lindes, conflictos con otros pescadores... Durante las primeras semanas fui prácticamente a diario desde Gijón a Llanes. A la vuelta, la hora al volante conduciendo, me servía para intentar poner en claro aquellos hilos enmarañados, la inmensa mayoría sin fundamento. Cuando trataba de contrastar aquellas hipótesis con mis fuentes siempre me decían lo mismo: “No publiques eso porque te vas a colar, no hay nada de nada de nada a día de hoy más que dimes y diretes”.
La inflexión de la historia, desde el punto de vista informativo, se produjo en octubre. Dos meses después de la muerte violenta. En EL COMERCIO publicamos que la Guardia Civil dirigía sus sospechas y sus investigaciones hacia el País Vasco. Los luego detenidos lo leyeron y eso cambió el rumbo de los acontecimientos: Maamar Kelii se fue al día siguiente a Suiza. Se sentía perseguido y quiso poner tierra por el medio. Fue una muestra más para la Guardia Civil de que estaban en el camino correcto.
Para entonces la Benemérita ya había avanzado en sus pesquisas e iba montando el puzzle. La pista crucial se la dio la hija de Javier Ardines, al informar a los agentes sobre un desencuentro entre su padre y el marido de Katia, una prima carnal de su madre. Días antes del crimen ese hombre en cuestión, Pedro Nieva Abaigar, había enviado a la hija del concejal un audio en el que se ponía de manifiesto una relación extramarital entre Ardines y su prima política. La Guardia Civil tenía un móvil del asesinato, pero faltaba mucho trabajo para sustentarlo con pruebas e indicios.
Los agentes revisaron cientos de horas de grabaciones de las cámaras de la autovía del Cantábrico entre Llanes y Bilbao el día del asesinato y los posteriores y anteriores. Se peinaron las empresas de renting de vehículos por si los sicarios se pudieran haber desplazado en un coche de alquiler. Se tomaron decenas de declaraciones y, finalmente, tras muchos esfuerzos, y con la ayuda de la más puntera tecnología, se pudo posicionar cerca de Llanes el coche de uno de los dos ciudadanos argelinos, así como un teléfono móvil del compinche. En el Citroën que se convirtió en pieza clave de las pesquisas se localizó restos de gas pimienta que supuestamente utilizaron en el ataque a Ardines. Ambos tenían antecedentes por robos con fuerza. Quedaba por completar la trama y saber cómo había contactado con ellos Pedro Nieva. Las llamadas efectuadas desde los móviles las semanas anteriores fueron determinantes.
Las detenciones de tres de los sospechosos se realizaron de forma simultánea en Bilbao la madrugada del 19 de febrero de 2019. El cuarto sospechoso había sido arrestado poco antes en Suiza por un robo con fuerza. Ese día, sobre las 9 de la mañana, nos avisaron de que la 'operación Strabe' por fin se materializaba con los arrestos. Empezábamos a conocer y a desvelar a los lectores quiénes eran los detenidos, poniéndoles nombre y rostro, el por qué se había encargado el asesinato a los sicarios, los 35.000 euros que supuestamente les pagó Pedro Nieva, quién era Katia y qué relación tenía con ella Javier Ardines.
Fueron 188 los días que separaron el asesinato del concejal de Izquierda Unida y la detención de los presuntos autores: el marido celoso que ideó el plan, el amigo que le puso en contacto con los sicarios y los dos ciudadanos argelinos que acabarían por materializar el terrible cometido. Durante esos seis meses la familia de la víctima aguardaba la resolución del complejo caso con la confianza depositada en los investigadores que trabajaron sobre el terreno durante ese tiempo. Tal fue así, que al año siguiente, durante la celebración del patrón de la Guardia Civil, una de las distinciones especiales del Cuerpo fue para los propietarios del hotel de Llanes en el que se alojaron los efectivos de la Unidad Central Operativa (UCO) procedentes de Madrid y para los que la localidad llanisca se convirtió en su casa durante medio año.
Para mí probablemente haya sido uno de los casos más enriquecedores profesionalmente hablando y también más enigmáticos. Porque siempre, siempre, la realidad supera la ficción.
Escucha más de 3.000 podcast originales exclusivos, incluido ‘Las dos muertes de Javier Ardines’, así como los 2.500 audiolibros totalmente gratis durante 30 días.
00:00
/27:37