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Episodio 1

Recoger las pruebas, sondear el terreno

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Cuando se conoció la muerte, el asesinato, de Javier Ardines, concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, la imagen idílica de Llanes se tambaleó. Está a punto de desatarse una tormenta que desvelará más de un secreto. Empieza entonces una investigación policial para descubrir a los autores del crimen. En el pueblo todo el mundo recuerda perfectamente dónde estaba cuando se enteró de la noticia.

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Episodio1

Gráfico

El lugar del asesinato

El concejal de Llanes mantuvo una discusión antes de ser asesinado

Imágen Caso Ardines Episodio 1. Parte 3
Imágen Caso Ardines Episodio 1. Parte 4

El primer atestado

Informe forense

Un día después del asesinato, se procede a realizar la autopsia a Javier Ardines, con un examen externo e interno del cadáver.

Imágen Caso Ardines Episodio 1. Parte 1
Imágen Caso Ardines Episodio 1. Parte 2

El primer atestado

Declaración de Nuria Blanco

Con el inicio de la investigación se le toma declaración a la viuda de Javier Ardines que relata los acontecimientos de aquel trágico día.

Imágen Caso Ardines Episodio 1. Parte 5

Incorporación de la UCO

Ante la gravedad de los hechos, el 21 de agosto se suma a la investigación la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, la UCO, especializada en la persecución de la delincuencia organizada.

Imágen Caso Ardines Episodio 1. Parte 7

Video

El escenario del crimen

Narrador 43°grados 25' minutos 16" segundos al Norte.

4°grados 44' minutos 53.4" segundos al Oeste.

El puerto de Llanes, en Asturias. Sus coordenadas.

Aquí, en 2001, el artista vasco Agustín Ibarrola empieza a pintar más de 200 cubos de cemento que protegen el espigón del pueblo. Para él forman un triángulo conceptual: la Memoria del Arte, la del Artista y la del Territorio.

Mónica Una de las paradas imprescindibles para cualquier turista que visite el concejo de Llanes son “Los cubos de la memoria”, del pintor y escultor Agustín Ibarrola.

Narrador Ibarrola dibuja sobre el hormigón figuras geométricas y abstractas: líneas rectas, otras retorcidas, unas que se ensamblan, otras chocan entre sí… Los colores son llamativos (rojos brillantes, verdes furiosos, amarillos estridentes…), lo que permite divisarlos desde distintos puntos de Llanes.

Trailer Lo del color en el conjunto de obras que estoy haciendo en la naturaleza es como un canto a la vida.

Narrador Esta orilla del mar cantábrico, antes perfilada por el gris del cemento, ahora está salpicada de vida.

A los vecinos les alegra el paisaje… Y a los turistas, claro, les encanta. Un detalle más de un pueblo elegante, en una costa magnífica. Un pequeño paraíso junto al mar.

Pero pasa el tiempo.

“Los cubos de la memoria”, así se llaman, sufren el oleaje y las mareas durante años. Los inviernos en Llanes son largos, fríos y lluviosos. Hay tormentas y marejada. ´

Mónica Tanto el Ayuntamiento de Llanes como las asociaciones turísticas buscan vías de financiación para poder restaurar los cubos de la memoria, la obra del artista Agustín Ibarrola.

Narrador Los visitantes que cada verano llegan con la expectativa de hacerse una foto en el puerto se encuentran con una realidad decepcionante. El clima y el salitre han desgastado la obra y el vandalismo la ha destruido. Han aparecido grafitis y pintadas de todo tipo; firmas y garabatos hechos con rotulador.

Mónica Los cubos más desgastados son los que Ibarrola comenzó a pintar en el verano de 2001 y el principal culpable de su deterioro es el salitre del mar.

Narrador Hace años que se repiten las peticiones de asociaciones para restaurar los cubos. Incluso desde la propia familia Ibarrola reclaman su recuperación y mantenimiento. Ahora mismo “los cubos son una 'contra-imagen' de Llanes”, dice José, un hijo del escultor.

José Ibarrola Ahora mismo, lo que más nos duele es que los cubos son una 'contra-imagen' de Llanes. Que la gente que va con unas expectativas se encuentra con algo muy decepcionante.

Narrador Aun así, en la web municipal los siguen presentando como “una de las mejores manifestaciones de arte público”. Hay que guardar las apariencias…

Es, en el fondo, la exhibición de una memoria carcomida, despreciada. La memoria que no perdura, que se prefiere olvidar. Dejar que se desvanezca, igual que los colores de Ibarrola…

Es cierto que algunos recuerdos se diluyen. Pero hay otros más...más espinosos, menos gratos, que se reservan al olvido.

Todo lo ocurrido alrededor del concejal de Izquierda Unida Javier Ardines y su asesinato en agosto de 2018 también corre el peligro de ser menospreciado. Por ser localista, pensarán algunos; por ser un caso demasiado político, creerán otros. O demasiado poco. Las circunstancias son insólitas, es verdad, pero el trasfondo es universal. Lo cierto es que aquí, en Llanes, a raíz de este crimen, se desató una tormenta que rompió la imagen estable e idílica del pueblo, movilizó a los medios de todo el país y desveló corrupciones y secretos.

Es justo en este lugar, en este dique, junto a estos cubos de colores gastados, desde donde Ardines debería haber partido a bordo de la Bramadoria, su barco, aquella mañana de agosto.

Esta es la historia de por qué nunca llegó hasta estas coordenadas.

LAS DOS MUERTES DE JAVIER ARDINES EPISODIO 1: RECOGER LAS PRUEBAS, SONDEAR EL TERRENO

Narrador Es el verano de 2018.

Rajoy El señor Sánchez será el nuevo presidente del Gobierno y yo...

Narrador El Congreso acaba de descabalgar a Mariano Rajoy de la presidencia del Gobierno con una moción de censura. PSOE y Podemos negocian a contrarreloj para sacar adelante unos presupuestos que se aprobarán definitivamente en otoño.

Se celebra el mundial de Rusia y la selección española de fútbol decepciona al no pasar de octavos.

Pero al margen de la política y el deporte, todos los ojos se centran en Llanes. El crimen del representante de IU va a ser un enorme polo de atracción informativa. Un caso repleto de veneno. Un puzzle con decenas de piezas que encajar y callejones que conducen a ninguna parte. Un desafío para los investigadores.

Lorenzo Silva Yo creo que es un caso que lo tiene todo.

Narrador El escritor Lorenzo Silva conoce bien el crimen de Llanes. Le ha interesado y ha escrito sobre él.

Lorenzo Silva Primero, porque hay una pluralidad de posibles sospechosos. Es decir, es una persona muy conocida, una persona con carácter importante, con un cierto carisma, con una presencia incluso imponente en su entorno. Y cuando se inicia la investigación aparecen de entrada varias líneas. Eso ya le da, le da interés.

Narrador Si se colocan todas las piezas aprece un rompecabezas en el que se mezclan las pasiones, el sexo, la política y las sospechas de corrupción. Una maraña de amantes, detectives privados, funcionarios agraviados, policías bajo sospecha y sicarios; y también celos, micrófonos y cámaras ocultas, plantaciones de marihuana o quiebras sonadas. Y un paraíso frente al mar. Llanes. La Marbella del Norte. Convertida en un infierno de miedo y sospecha.

De todo esto hay que hablar. Todo esto es lo que hay que investigar.

Lorenzo Silva Cuando se empieza a investigar la vida de la víctima se encuentran varios vectores conflictivos. Eso le da todos los alicientes para construir un relato o una narración.

Narrador No es difícil perderse en esta historia. Tiene muchos recovecos, escondites y aún hay mucho silencio. Con ayuda de un grupo de periodistas de El Comercio y El Correo, iremos trazando las coordenadas. Se trata de conocer los hechos, pero también de imaginar el porqué. Cómo ocurrieron las cosas y cómo la historia se convirtió en un acontecimiento.

Pero para empezar, un cadáver. Lucía Ramos es la redactora que cubre la zona de Llanes para ‘El Comercio’. Aquel día, el 16 de agosto de 2018, se reincorporaba al trabajo después de las vacaciones de verano. Volvía a la intensidad informativa, aunque ni se imaginaba que una de las noticias más importantes de ese año a nivel nacional acabaría sobre su mesa.

Lucía Ramos Estaba organizando cosas del día en mi casa. Mi compañera Gloria Pomarada me llamó para avisarme de que habían encontrado muerto a Ardines, así que cogí mis cosas y fui rápido hasta allá. En un primer momento lo que se decía es que había sido un infarto… La verdad es que ninguno nos imaginábamos ni de lejos todo lo que estaba por venir.

Narrador A 80 metros del cuerpo, la Citroen Berlingo de la víctima sigue con el motor en marcha, las luces encendidas y la puerta del conductor abierta. Delante hay una valla, amarilla, de obra, y otras dos tiradas en el suelo. Lucía Ramos

A los periodistas no nos dejaban acercarnos al camino. En las primeras horas solamente estábamos los medios locales, tres o cuatro personas... Entonces fueron llegando los familiares y amigos de Javier, había un trajín continuo de agentes de la Guardia Civil. Eso empezó a ponernos nerviosos porque no cuadraba con una muerte natural.

Narrador Forenses y Agentes de la Policía Judicial y del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil llegan al escenario del crimen para realizar la inspección ocular y el levantamiento del cadáver. Allí observan -y así lo dejarán incorporado al sumario del caso- que la víctima lleva pantalón pirata, camiseta con un símbolo celta y sandalias de cuero marrón y cierre de velcro. Presenta heridas en las rodillas, en un pie y en una mano por arrastramiento. Y lo que para ellos es más evidente, tiene los labios partidos, el pómulo izquierdo reventado y un golpe brutal en la cabeza. En la cartera de Ardines encuentran 150 euros y dos teléfonos en su bolsillo. Se descarta el móvil del robo. Un hilo menos del que tirar. Una ficha menos sobre el tablero.

Rafa Alcaraz Tiene señales de defensa, por lo tanto, alguna lucha ha habido. En los antebrazos y en las manos hay lesiones que indican o les indican a los forenses que ha habido lucha. Luego este hombre se intenta defender.

Narrador Rafael Alcaraz ha realizado más de 4.000 autopsias en sus 35 años como forense en Bilbao. Recurrimos a él para que nos explique las lesiones que presenta el cuerpo. ¿Qué pueden significar?

Rafa Alcaraz Uno de los mecanismos que los forenses aducen en la causa de la muerte es la estrangulación. Para manejar a un sujeto y estrangularlo hay que tener, hay que ser mucho más fuerte que él.

Narrador ¿Lo han escuchado? El asesino es mucho más fuerte que él. Eso es una pista.

Rafa Alcaraz Después le golpean en la cabeza, que si ese si es una lesión que bajo mi punto de vista, yo daría como causa principal de la muerte, el traumatismo craneoencefálico a secas.

Narrador Un cuerpo, pues. Un crimen. Y, en su estela, ligados, enlazados con él, una serie de personas. Vamos uno por uno. ¿Qué están haciendo los personajes de esta historia aquella mañana de verano? Son varios, diferentes. Unos tienen que ver con la política, otros con el crimen. Algunos con el amor, otros con la muerte.

Nuria Blanco, la mujer de Javier Ardines, se encuentra en su casa, a pocos metros de donde se descubre el cuerpo. Espera a su hija Alba y a su nieto. El plan, como muchos otros jueves, es cuidar al pequeño mientras la joven va al trabajo. Pero todo se rompe. Alba, que cualquier otro día hubiera llegado con el niño tranquilamente, entra esa mañana en casa gritando, gritando que su padre está muerto en mitad del camino. Nuria nunca más verá a su marido con vida.

A 125 metros en línea recta de ese lugar, en otro chalé, duerme Katia Blanco. Prima de Nuria. Su marido, el marido de Katia, Pedro Nieva, está en Amorebieta, el pueblo de Bizkaia donde tiene su negocio y donde reside la familia. La casa de Llanes es su segunda residencia y donde Katia, sobre todo, pasa mucho tiempo. Un familiar, su prima Susana, le avisa por teléfono de que han encontrado el cadáver de Ardines.

La noticia se extiende rápidamente por todo el concejo a través de llamadas, mensajes y en las conversaciones matutinas entre cafés y recados.

Priscila Alonso Fue por la mañana, muy temprano. Estaba. Estaba en casa y me llamaron los de familiar.

Narrador A primera hora, suena el teléfono de Priscila Alonso, amiga y compañera política de Javier Ardines. Le cuesta creérselo.

Priscila Alonso Que no podía ser verdad, que no podía. Que había que no, que no podía.

Narrador Ella será quien sustituya al concejal en el cargo en el Ayuntamiento de Llanes.

Priscila Alonso Fue un shock tan grande que tardé… la verdad que mucho en... Y cuando digo mucho tiempo, no sólo días, en darnos cuenta de la dimensión además que esto llevaba.

Enrique Riestra Bueno, estaban en casa y me llama el teniente de la Guardia Civil y me dice que hay un problema, que pasa esto me puse los pantalones y salí a toda velocidad para allá.

Narrador Este es Enrique Riestra, alcalde de Llanes y muy amigo, desde hace tres años, de Javier Ardines. Él era su mano derecha en el Ayuntamiento.

Enrique Riestra Es que quedé en shock, evidentemente. No daba crédito a lo que lo que estaba pasando realmente. Entonces no te pasan muchas cosas por la cabeza.

Narrador La triste noticia también despierta a Manuel González Orviz.

Orviz En casa, en la cama, recibí una llamada. Pudiera ser las siete, las ocho...

Narrador Es exsecretario de IU Asturias y amigo personal de Ardines.

Orviz Y entonces ya fue cuando me dijeron que había aparecido muerto Javier Adivines. Inicialmente piensas un infarto o una cosa de estas...

Narrador En otro punto del pueblo, el expolicía de Llanes Juan Antonio Galán está trabajando en el huerto cuando recibe varios mensajes...

Juan Antonio Galán Y estaba sacando las patatas de mi hermano cuando empezaron a llegar mensajes de grupos y esto y lo otro. Y dice oye, que parece ser que murió Ardines y parece que no se qué...

Narrador Un poco después, también se entera por teléfono María José Rodríguez Fernández, más conocida como ‘Coté’, la secretaria de la Asociación de Amigos y Vecinos de Llanes, Avall.

María José Rodríguez ‘Coté’ Pues serían las 11 de la mañana cuando me llega la primera noticia. Un conocido, un amigo, me llama y me dice Oye, ¡que es que se murió Javier, Ardines! Digo, ¿Pero cómo es posible? ¿Qué le pasó?

Narrador Los primeros rumores apuntan a una muerte natural, como recuerda el expolicía Luis Garavito.

Garavito Por lo visto les da un infarto o algo así. Es lo que se comentaba y a lo largo de que iba pasando la mañana ya te llegaban. No, es que creo que es violento o tal.

Luis Ángel Gonzalo Yo estaba en la mar, en otro barco en ese momento y me llamaron para decírmelo.

Narrador La noticia llega hasta donde debería haber estado Ardines esa mañana, a bordo de la Bramadoria.

El pescador Luis Angel Gonzalo Blanco se entera en alta mar.

Luis Ángel Gonzalo No, no, a mí cuando me llamaron me dijeron que había muerto, pero que todavía no se sabía ninguna información muy clara. Era muy temprano por la mañana y todavía más tarde fue cuando me llamaron y me dijeron que lo habían matado.

Narrador Mientras la familia y amigos de Javier Ardines le lloran en el camino, Llanes celebra uno de sus días grandes, la fiesta de San Roque. El luto frente a la fiesta. La periodista Lucía Ramos:

Lucía Ramos Las fiestas siguieron para sorpresa de muchos. Pero es que en Llanes solamente se han suspendido, hasta el momento, por la Guerra Civil y la pandemia. Además, en las primeras horas nadie pensaba en una muerte violenta. Esa noticia vino después.

[ MÚSICA DE TXALAPARTA]

Narrador El enigma Ardines da un salto geográfico. Se extiende a Euskadi. Un vuelo de 200 kilómetros. Allí también hay personajes que tendrán que ver con esta historia. Y vamos a empezar a saber de ellos.

En la mañana de aquel fatídico 16 de agosto, dos vecinos de Bizkaia, argelinos, Djilali Benatia y Maamar Kelli regresan desde Llanes a Bilbao en el coche del primero. Circulan por la autopista del Cantábrico, que será un escenario recurrente en este laberinto. Una cámara de tráfico graba al vehículo a las 7.45 horas entrando en la capital vizcaína.

Lorenzo Silva les define e intenta aportar luz.

Lorenzo Silva Son personas que están en el ámbito de la delincuencia, que en cierto modo, como yo le he oído decir a algún policía o recibir alguna vez, ya han perdido la vergüenza.

Narrador Ese día, Djilali llama de manera insistente sin obtener respuesta al número de Jesús Muguruza, un vecino del municipio vizcaíno de Erandio con antecedentes por tráfico de drogas. En esos días está de vacaciones con su mujer y su hija, en Málaga. Es el amigo de Pedro Nieva, y su conexión con los argelinos.

Ainhoa Y este sí es un personaje fundamental en esta historia.

Narrador Ainhoa de Las Heras, periodista de EL CORREO, sobre Pedro Nieva.

Ainhoa Pedro, con Katia y sus hijos, vive en Amorebieta, un pueblo de 20.000 habitantes que está a dos horas en coche del concejo asturiano.

Narrador Ese 16 de agosto de 2018, Pedro Nieva está en su chalet, a 200 kilómetros de la escena del crimen.

Ainhoa Es Katia, su mujer, la que le manda un Whatsapp a primera hora de la mañana desde Asturias, avisándole de que habían encontrado a Ardines muerto con un golpe en la cabeza.

Narrador Ardines, primo político de Nieva. Ardines, amante de Katia.

Ainhoa Nieva va a ser juzgado en unas semanas como supuesto inductor del crimen, junto a los otros tres acusados. Es amigo del concejal, pese a ser su antítesis. Alguien sin el carisma del pescador. Es más bien reservado, casi tímido.

Ardines Hubo que recordar que a quien tienen que servir es a los vecinos, no a los partidos políticos.

Narrador Esta es la voz de Javier Ardines, un hombre de principios, un ciudadano metido a concejal dispuesto a levantar alfombras tras 28 años de gobierno del PSOE. Para muchos supone una amenaza por su empeño en poner patas arriba el Ayuntamiento y escudriñar hasta la última factura, la última licencia. Pero también esconde secretos íntimos, como iremos descubriendo poco a poco.

Pedro Nieva Yo no soy ningún criminal y se me está comunicando como si fuera un criminal.

Narrador Este es Pedro Nieva. Electricista, pequeño empresario de éxito, en un principio. Hasta que la burbuja inmobiliaria cambia su vida. Algo que, lo contaremos, le hace dar el salto hacia actividades oscuras.

Recapitulando: Rumores y rencillas no resueltas en un Llanes que se ve sobrepasado. Como si hubieran estado agazapadas, a la espera del momento idóneo, viejas disputas políticas, laborales, urbanísticas e incluso judiciales, saltan y envuelven la localidad asturiana hasta casi asfixiarla.

Y amores… Continuos viajes por la autopista del Cantábrico, espionaje doméstico, intermediarios vinculados al trapicheo y ahora una rivalidad soterrada que va a explotar entre dos personas que representan lo opuesto. Ardines y Nieva. El carisma y la timidez. Un conquistador que encandila frente a un hombre de negocios que lo pierde todo, y que incluso teme que su propia mujer le abandone por su rival.

Una historia de dualidades. Asturias y Bizkaia. El mar y la montaña.

El Llanes paradisíaco y las tensiones subterráneas. Una ciudad dividida por la mitad.

Dos hombres con una doble vida desconocida y un triángulo amoroso. Dos sicarios. Dos personajes enfrentados al éxito y al fracaso. Dos primas… La política y el deseo... Demasiadas piezas que encajar. En definitiva, un caso tremendamente complejo.

El 21 de agosto se suma a la investigación la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, es decir, la UCO, la élite en la persecución de criminales en España. Han resuelto casos tan enrevesados como los de Diana Quer, el pequeño Gabriel o la niña Asunta. Vamos, que cinco días después del crimen llegan los refuerzos, el Séptimo de Caballería.

Lorenzo Silva Fue un equipo de siete personas que estuvo dedicado prácticamente en exclusiva durante bastante tiempo, hasta que se consiguió empezar a darle color a la investigación.

Narrador El escritor Lorenzo Silva les conoce. Y sabe cómo trabajan. Y a lo que se enfrentan.

Lorenzo Silva Lo que vieron rápidamente es que era un caso complejo por el carácter de la víctima, alguien que podía haber suscitado la animadversión de una pluralidad de personas y lo que hicieron fue instalarse allí y empezar a recoger las pruebas y a sondear el terreno y a ver por dónde podía ir la cuestión.

Narrador Es decir, había varios caminos para resolver el “rompecabezas Ardines”. En Llanes, entre vecinos y amigos, cala hondo la idea de que se trata de un crimen político, una posibilidad que apunta incluso el hijo, Iván. Nadie es ajeno a sus enemistades, a su manera de hacer política municipal.

Todo se investiga. De todo sabremos. Y, en paralelo, otra historia: la vida privada, íntima del concejal, las conversaciones que no deberían haberse escuchado...

EXTRACTO CORTE SERVILLETA - “Si supiera como caliento la casa…”

Este es un crimen que hace saltar por los aires todo un concejo. Saca a la luz rencillas políticas, causa divorcios, muestra el lado oscuro de un paraíso... ¿Por qué fue asesinado? ¿Por qué su muerte transforma Llanes en un mar de sospechas? ¿Y quién era Javier Ardines?

Cuesta creerlo pero: todo lo que escondía una vida, lo destapó la muerte.

Han encontrado muerto a Ardines

Por Lucía Ramos

Aquella madrugada del 16 de agosto de 2018, mientras Javier Ardines apuraba, sin saberlo, sus últimas horas de vida, yo conducía tranquilamente por las casi desiertas carreteras del Pontón primero y del Río las Cabras después. Empezaba un nuevo turno tras pasar unos días de descanso en el pueblo leonés de Maraña. Normalmente suelo madrugar e incorporarme por la mañana, pronto, al trabajo, pero aquel día Llanes celebraba una de sus grandes fiestas e intuía que iba a ser una jornada movida. No tenía ni idea de cuánto.

Llegué a casa pasadas las dos de la mañana y me acosté con la mente puesta en las dos semanas de trabajo que me esperaban, organizando la agenda de los próximos días. Mi compañera, Gloria Pomarada, y yo somos las encargadas de la información de la comarca oriental de Asturias, que comprende catorce concejos. Si bien el invierno se hace largo en algunos momentos por la tranquilidad que suele reinar en la zona rural, los veranos son frenéticos debido al altísimo volumen de turistas que recibe la zona. Y es que, por pura estadística, con el crecimiento exponencial de la población flotante de la comarca también se multiplican los accidentes, tanto de montaña -no olvidemos que los Picos de Europa son uno de los grandes atractivos de la zona- como en las numerosas playas que pueblan la costa oriental.

Con esos pensamientos en la cabeza y planificando posibles noticias y reportajes que abordar me dormí y me levanté, pronto, a la mañana siguiente. Precisamente estaba ordenando esas ideas en la agenda cuando recibí la llamada que cambió por completo el día, la semana e incluso los meses posteriores. Fue Gloria quien, con apenas cinco palabras, lo puso todo patas arriba: “Han encontrado muerto a Ardines”. Había sido nuestro fotógrafo más veterano, Nel Acebal, quien había recibido el aviso. Tras muchos años dedicado a retratar la actualidad en el oriente para EL COMERCIO, pocas son las personas que no le conocen y es habitual que recurran a él para hacer llegar avisos y posibles noticias al periódico. Rápidamente me puse en marcha y, mientras me dirigía al camino donde había aparecido el cadáver del concejal junto al otro fotógrafo que cubría por entonces con nosotros la comarca, Juan Llaca, fui avisando a los compañeros del digital y planificando cómo iba a ser la cobertura con los jefes de Gijón.

Dar con el lugar exacto nos llevó unos minutos, ya que, celoso de su intimidad, Ardines nunca compartió con los medios detalles acerca de su residencia ni de su vida privada. Finalmente llegamos y nos encontramos con que la Guardia Civil había acordonado el camino, por lo que tuvimos que dejar el coche en la carretera que conduce a los Bufones de Pría. Aquella mañana solamente estábamos los medios locales, pues en un primer momento se hablaba de una muerte natural, quizás un infarto. Al fondo, la familia y los amigos de Javier Ardines, con el alcalde, Enrique Riestra, entre ellos, trataban de consolarse y de asimilar lo ocurrido. A apenas unos kilómetros, en la capital del concejo, miles de personas disfrutaban del día grande de las fiestas de San Roque. Las mujeres vestidas de aldeanas y los hombres de porruanos llenaban de color las calles de la villa en una solemne procesión a la que siguieron los bailes tradicionales. Nadie se imaginaba lo que estaba por llegar cuando se confirmase que la supuesta muerte natural del concejal llanisco no había sido tal.

Mientras tanto, en el camino que da acceso a la casa de Javier Ardines pasaban las horas y además de los numerosos turistas que no dejaban de pasar y mirar la escena extrañados, comenzaron a llegar más agentes de la Guardia Civil. Eso empezó a extrañarnos: había demasiado movimiento y tardaban demasiado en levantar el cadáver para tratarse de una muerte natural. En la redacción central también se impacientaban y reclamaban conocer más detalles de lo que estaba sucediendo, algo que complicaban los problemas de cobertura que presenta la zona. Nerviosos, los compañeros allí presentes, acostumbrados a compartir guardias y coberturas, comenzamos a plantearnos diferentes hipótesis, aunque ninguno queríamos realmente que fuesen ciertas. Traté de tirar de alguna de mis fuentes habituales que, finalmente, terminó confirmando mis peores sospechas con un escueto “pinta mal”.

Efectivamente, ya a primera hora de la tarde el responsable de prensa de la Comandancia de Gijón de la Guardia Civil, que desde un primer momento se hizo cargo de la investigación, nos confirmó que se trataba de una muerte violenta y que el cuerpo de Javier Ardines presentaba varios golpes. Entonces, sí, se desató la tormenta. Rápidamente enviamos nuestras crónicas a las ediciones digitales, que fueron las primeras en lanzar la noticia de que un concejal de Izquierda Unida había sido asesinado en el paradisíaco concejo asturiano de Llanes. En apenas unos minutos, el tiempo que tardaron los medios nacionales en hacerse eco de nuestras informaciones, el terremoto sacudió al país entero y muchos empezaron a preguntarse, con espanto, si estábamos ante un asesinato con motivos políticos. Esa misma tarde comenzaron a llegar los primeros enviados de los grandes periódicos y televisiones y empezaron entonces unos días de locura en los que llaniscos y turistas asistieron, estupefactos primero, resignados después, a lo que sucede cuando tu pueblo se convierte en un foco mediático.

Mientras los minutos de silencio y los actos de duelo se sucedían, los investigadores continuaban con su labor de forma silenciosa y discreta. Un trabajo que continuó, imparable, aún cuando la noticia del brutal asesinato se ‘enfrió’ y dejó de copar portadas y horas de televisión.

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