Las vistas de la ciudad desde la Serra Grossa, la laguna grande de Rabasa y la ciudad desde el Cabo de la Huerta. TERE Compañy Martínez

Tres rutas urbanas por Alicante

Las lagunas de Rabasa, la Serra Grossa y el cabo de la Huerta son tres opciones para los amantes del senderismo sin salir de la ciudad

Jueves, 10 de noviembre 2022

La capital de l'Alacantí bulle de vida cultural y de ocio. Entre las playas y el turismo hay un sin fin de posibilidades y planes para disfrutar de la ciudad. Pero también cuenta con espacios naturales menos conocidos y que sin embargo cuentan con ... una belleza y riqueza muy particulares para los amantes del senderismo.

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En las lagunas de Rabasa, la Serra Grosa y el cabo de la Huerta podemos encontrar tres espacios naturales muy diferentes entre ellos en los que disfrutar de una caminata tranquila y agradable y apta para todos los públicos.

Todo esto sin salir de la ciudad y con posibilidades para llegar a ellos a través del transporte público, sin tocar el coche para nada. Una opción para los amantes de la naturaleza a dos pasos de casa.

La montaña que divide la ciudad

La Serra Grossa

El monte Benacantil y la sierra de Foncalent desde la cima. Tere Compañy

Este particular monte se encuentra entre la playa del Postiguet y la de la Albufereta. Frente a la costa, marca la frontera entre el centro y la zona de playas, y aunque su nombre real es la sierra de San Julián, todo el mundo la conoce por su nombre oficioso, Serra Grossa.

Para comenzar la ruta no hace falta más que acercarse en Tram a la parada de La Goteta, desde allí surgen varias rutas señalizadas por paneles que nos cuentan los vestigios que podemos encontrar en la misma.

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Y es que en esta sierra hay gran cantidad de lugares interesantes, vestigios industriales como los depósitos de la antigua refinería La Británica, de la Guerra Civil, varios muros preparados para la escalada e incluso un pequeño santuario con una virgen. Todo depende de la ruta que decidamos hacer.

Sin embargo, lo que es seguro es que una vez se llega a la cima las vistas de la ciudad y del cabo de la Huerta junto al mar Mediterráneo son impresionantes, especialmente al amanecer. No olvides un calzado adecuado, ya que la ruta va por pequeños senderos con piedras en los que hace falta un buen zapato cómodo para caminar.

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Un paseo por el último rincón virgen de la costa

El cabo de la Huerta

Alicante al fondo en el cabo de la Huerta. Tere Compañy

En Alicante quedan pocos espacios de costa sin urbanizar, uno de esos reductos es el cabo de la Huerta y el paraje natural protegido que contiene y que lo ha mantenido prácticamente virgen, salvo algunos tramos.

El cabo de la Huerta, con sus calitas escondidas, es uno de los paisajes más bonitos de la ciudad, no solo para pegarse un baño y disfrutar de actividades acuáticas, sino también para caminar entre las rocas hasta el faro y disfrutar de la puesta de sol por la ciudad.

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Para conocerlo no hace falta más que coger la línea 22 del autobús y bajarse a la altura de la playa de la Almadraba. Desde este arenal comienza la ruta que lleva a recorrer todo el cabo desde la zona que mira a Alicante hasta la playa de San Juan.

Durante la ruta podemos conocer algunos de los paisajes marinos más bonitos de la ciudad, muy alejados de las populares playas que tan atractivas hacen a la ciudad. Si vas en verano no olvides llevarte el bañador y la toalla para refrescarte en alguna de las calas de aguas cristalinas que recorre la ruta.

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Un oasis en medio del desierto

Las lagunas de Rabasa

La vista de una de las lagunas. Tere Compañy

Estos lagos de agua salobre son unos de los grandes desconocidos de la ciudad. En medio del árido desierto entre Alicante y la Universidad se encuentra la zona de Rabasa, un espacio semiabandonado y no exento de polémica por los planes urbanísticos que preveían un Ikea en la zona.

Sin embargo, encontramos varias grandes lagunas que llaman la atención por su forma perfectamente cuadrada y sus vibrantes colores azules. Todo ello en medio de un paraje que se parece mucho más al desierto de Arizona que a un bosque mediterráneo.

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En realidad estos pequeños lagos son unas antiguas minas de arcilla, que tras ser abandonadas fueron rellenadas por el agua de los acuíferos del norte de Alicante.

En la zona se encuentran distintos puntos de interés como un búnker de la Guerra Civil o una de las últimas granjas en el terreno de la ciudad. Una ruta con muy poca pendiente y agradable para hacer con niños. Eso sí, no olvides llevar agua y una buena gorra, no hay ni una sola sombra.

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