Candidatas a Bellea del Foc

No importa que sea la terreta o Murcia, la cremà reúne siempre a miles de personas atraídas por la magia del fuego, que escala silencioso hacia las estrellas entre aplausos, lágrimas, gritos de alegría, las notas de 'A la llum de les fogueres' y cientos de imágenes captadas desde los móviles.

No hay mejor promoción de les Fogueres que anunciar la Nit de Sant Joan en Alicante, que invitar a todas las personas a conocernos, que trasmitir ese sentimiento de ser feliz ante las llamas devorando el trabajo de un año. Dicen que estamos locos por destruir el arte, pero en realidad no saben que el arte se renueva con la cremà, porque un nuevo proyecto surge en la creatividad y el ingenio de los artistas.

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Si ese momento mágico lo aderezamos con la promoción de nuestra gastronomía, la música tradicional, la indumentaria de la Fiesta y un mar de mantillas que inunda las calles, el objetivo promocional está cumplido. Todo está muy bien, pero ahora los foguerers tenemos la responsabilidad de enamorar a quienes vengan a vivir un junio diferente en Alicante, 'la terreta' en la que vive el sol todo el año y a la que el Mediterráneo besa con calma.

En esta ocasión ha sido Murcia la ciudad que ha acogido las ilusiones de las candidatas. Todas se han esforzado, con su mejor sonrisa, para decirle a nuestros vecinos y vecinas que les esperamos. Forman un grupo heterogéneo con sentimientos similares, porque todas sueñan con repetir la experiencia como Bellea del Foc en otra ciudad. Entre ellas está quien se alzará con la máxima representación protocolaria de la Fiesta, quien lucirá la simbólica corona del fuego y una banda que las perpetúa en nuestra singular historia, aunque pasen muchos años.

La cuenta atrás ha empezado. En las cinco próximas semanas se van a multiplicar los actos y van a compartir vivencias que les ofrece ser la representante de las diferentes comisiones de la ciudad. Si el año de Bellea las convierte en el centro de su Foguera, esta nueva experiencia como candidata les brinda oportunidades únicas que la Fiesta les regala. Desde mi modesta opinión, las animo a disfrutar cada momento y que la ilusión prevalezca ante los nervios.

Dicen los supersticiosos que el trece es un mal número, pero para una de ellas el trece de abril será un día que nunca olvidará. Un grito ensordecedor y un enjambre de aplausos será el mejor regalo al escuchar su nombre. Ese mismo día será el momento de la cremà para Belén, nuestra actual Bellea del Foc, que verá cómo el fuego, siempre el fuego, se apaga con una de sus lágrimas.