'Cherokis', 'masclet', 'coletas', 'truenos' o 'tracas' son algunos de los petardos que retumban día y noche en Alicante durante las Hogueras. La mecha y el material explosivo se convierten, desde primera hora, en elemento imprescindible por las calles de la ciudad.
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Pese a la familiaridad de los alicantinos con la pólvora, y para que este material sea sinónimo de fiesta y no de tragedia, la Guardia Civil cuenta con la Unidad de Intervención de Armas y Explosivos. Una unidad especializada formada por un teniente, un sargento y nueve agentes, encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos que disfrutan de las fiestas grandes de Alicante.
Uno de los cometidos de este equipo de la Benemérita es controlar los establecimientos de venta de productos pirotécnicos al público para que cumplan con la normativa estipulada. Algunos de ellos son permanentes y otros temporales, como las casetas habilitadas para eventos y fiestas. En la ciudad hay autorizados una quincena de establecimientos temporales repartidos por los barrios alicantinos hasta el 25 de junio.
TodoAlicante acompaña a los agentes de la Unidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Comandancia de Alicante a la inspección de uno de los kioskos temporales más importantes de Alicante, el ubicado en la avenida Aguilera, frente al Teatro Arniches.
Este establecimiento portátil está catalogado como 'M', es decir, que está autorizado a albergar hasta 75 kilos de pólvora y tiene almacén, por lo que el material pirotécnico se queda durante las fiestas en la caseta. Para ello, la normativa exige que mantenga una distancia mínima de 20 metros respecto a los edificios colindantes y otros lugares que puedan representar especial riesgo, tales como gasolineras o almacenes de productos peligrosos.
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Por otra parte, los establecimientos portátiles catalogados como 'N' pueden albergar un máximo de 50 kilos de material pirotécnico. Al no disponer de almacén, la mercancía debe ser recogida al finalizar la jornada y transportada al depósito autorizado. El límite de pólvora en las casetas temporales es fundamental «para evitar cualquier tipo de desastre», indica uno de los agentes.
En el caso de este establecimiento, todo el material a la venta está etiquetado y con indicaciones en español. El kiosko cuenta con un doble sistema antiincendio por agua y por gas, además de detectores sísmicos y de humo para evitar robos y accidentes. Asimismo, la cartelería es profusa y advierte de las edades a las que se puede adquirir petardos y a las que se puede tirar cada categoría de los artilugios pirotécnicos.
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Sus dos trabajadores, Carlos y Aitor, cuentan que durante todo el día hay un goteo constante de menores y adultos que se acercan para adquirir los petardos, aunque esperan que durante los días grandes de la fiesta aumente el ritmo de venta. En este sentido, Aitor recalca que «lo más importante es la seguridad y, ante la duda respecto a la edad, es mejor perder venta, ya que los petardos no son juguetes».
Los empleados destacan las bombetas como el petardo que más venden debido a que los niños a partir de 8 años pueden detonarlos, según la normativa valenciana, que reduce en cuatro la edad establecida en la normativa estatal para la utilización de artificios de Categoría 1. También lo hacen con los de Categoría 2, que reducen el límite de 16 a 10 años. Por otra parte, aseguran que el que más pólvora lleva es el 'cheroki' o el trueno gigante, que contiene hasta 5 gramos.
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F1: artificios de pirotecnia de muy baja peligrosidad y nivel de ruido insignificante destinados a ser usados en zonas delimitadas, incluidos los artificios de pirotecnia destinados a ser utilizados dentro de edificios residenciales, para uso por mayores de 8 años.
F2: artificios de pirotecnia de baja peligrosidad y bajo nivel de ruido destinados a ser utilizados al aire libre en zonas delimitadas, para uso por mayores de 12 años.
F3:artificios de pirotecnia de peligrosidad media destinados a ser utilizados al aire libre en zonas de gran superficie y cuyo nivel de ruido no sea perjudicial para la salud humana, para uso por mayores de 18 años.
El sargento recalca que la Comunitat Valenciana es pionera en material pirotécnico, por lo tanto, es una de las regiones más controladas por esta unidad especializada de la Benemérita. Afirma que la inmensa mayoría de los establecimientos de venta de artículos pirotécnicos cumplen escrupulosamente con la normativa establecida y cuentan con todos los sistemas de seguridad reglamentarios.
La Guardia Civil hace hincapié en la peligrosidad de los materiales pirotécnicos. Quemaduras, amputaciones e incluso muertes, son algunas de las terribles consecuencias provocadas por el uso incorrecto de este material explosivo.
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En 2013 un menor murió tras un accidente con un petardo. El niño perdió gran cantidad de sangre al saltarle al cuello un toro de metal de la lata en la que otro joven había introducido el explosivo.
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