Barceló se queda en Alicante para encabezar la oposición

«Los ciudadanos han hablado alto y claro, y han votado que quien debe de gobernar esta ciudad es el PP», comenzaba Ana Barceló una comparecencia a medios en la que aparecía rodeada de algunos militantes y candidatos de la formación.

La candidata socialista ha afirmado que se quedará en la ciudad a encabezar la oposición. «Ana Barceló se queda en Alicante, en el Ayuntamiento, en la oposición, luchando por Alicante y no me voy a mover de aquí». Así de contundente se mostraba la socialista a preguntas de los periodistas sobre su futuro tras estas elecciones.

«Vamos a estar en la oposición y a hacer nuestro trabajo de fiscalizar al gobierno que salga, y llevar a cabo una labor en beneficio de la ciudad de Alicante y por el bienestar de todos los alicantinos», ha afirmado Barceló.

La sala habilitada por el partido para la noche electoral permanecía casi vacía pasadas las 10 de la noche. Entre los actuales concejales de la formación, solo Trini Amorós, número 5 en la lista, estaba desde primera hora en el hotel AC. El resto en los colegios electorales supervisando el recuento de las autonómicas. Ha sido durante la intervención cuando ha comenzado a verse las caras habituales en los pasillos de los socialistas, como el histórico Ángel Franco, los concejales Lola Vilchez o Manolo Martínez o Miguel Castelló.

Barceló ya ha llamado al candidato del Partido Popular, Luis Barcala, que revalida su alcaldía en el municipio, a felicitarle por el resultado obtenido.

Unos resultados que se esperará varios días para analizar en profundidad pero que sin embargo ha adelantado que «el PP ha absorbido 4 de los 5 concejales que tenía Ciudadanos y Vox también ha subido. Tenemos que analizar por qué esta formación aumenta, especialmente en el voto joven».

La candidata ha concluido su intervención visiblemente emocionada y abrazándose a la número 3 de su lista Silvia Castell, y la número cinco, Trini Amorós.

Sobre la sala sobrevolaba también el resultado de las autonómicas, que pese a avanzar más lento en el recuento, daba mayoría suficiente a la derecha para gobernar. Comentarios como «qué desastre», «no lo entendemos» y otras expresiones de incredulidad eran habituales en los corrillos de los militantes que llegaban directos de los colegios electorales.