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Jorge Alacid
Valencia
Jueves, 18 de mayo 2023, 08:39
Dicen que cuando la aviación japonesa bombardeó Pearl Harbour y dio a Estados Unidos la excusa para entrar en la II Guerra Mundial, Churchill pronunció una de esas frases suyas para la historia: «Esto no es el principio del fin pero sí el fin del ... principio». Se ignora si los colaboradores de los candidatos que compiten por el trono del Consell y del Ayuntamiento de Valencia conocen esta anécdota pero este miércoles se comportaron según ese mismo guión: todos parecen saber que ha llegado el fin del principio en la carrera hacia el 28M y que el debate que este jueves acoge LAS PROVINCIAS, de la mano de TODOALICANTE y COPE, significa un corte en el tiempo electoral.
Habrá un antes y un después y todos ellos (los aspirantes y sus equipos) lo saben. Es el tiempo de rectificar posibles errores y fortalecer el discurso respectivo, dos propósitos que se observaron en el alto grado de concentración con que este miércoles se desarrollaron los preparativos del debate. Un ensayo general con casi todo: solo faltaban los líderes.
En su ausencia, sus colaboradores ejercieron de sherpas con ese aire desenvuelto propio de quien conoce bien su oficio y conoce igual de bien la sensibilidad de su jefe. Hubo quien, en consecuencia, calibraba la altura de las sillas elegidas para que se sienten los aspirantes porque en esos detalles en principio menores también se juega el resultado final. En Podemos observaban que Héctor Illueca, con su planta de jugador de la NBA, se lleva mal con los asientos demasiado bajos mientras desde el PP se escaneaba otra particularidad al respecto: que su embarazadísima candidata al Ayuntamiento, María José Catalá, se encuentre cómoda en un trance que pondrá a prueba su resistencia en un momento «clave» de la campaña, como apuntaba Vicente Ordaz, moderador del debate y mano inocente del sorteo.
El jefe de informativos de COPE (Valencia, 1969) apuntaba cuando concluyó la ceremonia hacia el elevado impacto mediático de esta convocatoria, amparado en un argumento irrebatible: «No habrá ningún otro debate con tanta audiencia, sumada la nuestra a la audiencia de LAS PROVINCIAS». Una abrumadora cifra de espectadores a la que debe añadirse la aportada por La 8, la cadena de televisión que a partir de las 21 ofrecerá este jueves un amplio resumen del debate en el programa que pilota José Luis Motes y que este miércoles ultimaba sus particulares preparativos mientras avanzaba el sorteo, en un clima de contenida confraternización entre las siglas representadas en La Rotativa de nuestro periódico.
Más juntos que revueltos, los equipos de las candidaturas en liza se sometieron disciplinados al protocolo que dirigió Mikel Labastida, nuestro jefe de Edición Digital. Una urna custodiaba los nombres de los participantes; en otra gemela dormían los números que se fueron extrayendo con Ordaz como mano inocente para que el azar dictaminara el orden de intervenciones y también el sitio asignado a cada cual. Un segundo sorteo decidió a continuación cómo se repartían los turnos del mensaje final de los candidatos, luego de que antes se discutiera sobre los cuatro bloques en que está distribuido el debate. «Es el debate clave», insistía Ordaz, en alusión a la etiqueta que figuraba en el cartel trasero que escoltará a los candidatos.
Una denominación que ayuda a medir la importancia de un acto que para su moderador será una especie de bautismo: profesional de larga trayectoria en el periodismo, es la primera vez que tiene ante sí un encargo de esta naturaleza. No parece preocupado, aunque sí «tenso», según su propia confesión. Y con la misma naturalidad y la misma sonrisa con que explicaba su estado de ánimo, lanzaba a los participantes el mismo mensaje que tal vez se aplique a sí mismo: que predomine en sus intervenciones «la persona» antes que el político (el periodista, en su caso). Y una recomendación adicional muy pertinente: que cuando se dirijan a la cámara se acuerden de «hablar al ciudadano».
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No fueron las únicas recomendaciones que se llevaron en sus libretas (en sus smartphones, habrá que matizar) los equipos de los participantes. Abrimos el capítulo de curiosidades: quien luzca pendientes deberá procurar que no cuelguen demasiado y no estorben el funcionamiento de los micrófonos en formato diadema. Y quien esgrima algún papel para apoyar su mensaje, deberá elegir una cartulina en tono mate, que evite brillos ante las cámaras de televisión que grabarán su intervención.
Nadie ni nada debe brillar con mayor intensidad que los protagonistas, parecía ser la consigna. Y sobre ese mandato se aplicaron los colaboradores de los candidatos mientras apuntaban éstas y otras sugerencias, alguna observación… Ordaz aseguraba que manejará la mano izquierda en caso de que algún participante exceda el tiempo fijado (dos minutos: que parecen demasiado poco pero nunca se sabe) y prometía extremar su perfil diplomático para despejar dudas al respecto de la ecuanimidad que presidirá el debate.
Era el mismo mensaje que Jesús Trelis, director de LAS PROVINCIAS, trasladaba en los corrillos que se fueron organizando cuando se disolvió el grupo y bajó de la tarima. Al sorteo autonómico había seguido el efectuado para el debate municipal del lunes, luego de que sobre la bocina aparecieran los miembros del equipo de la socialista Sandra Gómez («Estamos en Tres Forques, llegamos en dos minutos»: se podía detectar el sudor y las prisas propias de campaña en esas ocho palabras) y se sumaran a quienes en ese momento eran instruidos en los pormenores del cronómetro que presidirá el debate y que también dictará sentencia. El reloj que no detendrá su camino.
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Tere Compañy Martínez
Unos minutos después, La Rotativa volvía a permanecer muda y vacía. Sólo ocupaban ese ancho espacio otros equipos, formados por los trabajadores de las empresas encargadas de la producción del debate y su emisión en directo tanto en la COPE como en la web de LAS PROVINCIAS (lasprovincias.es) y de todoalicante.es. Sería curioso encargar a continuación una encuesta para sondear el parecer de unos y otros espectadores, por si acaso se repitiera también entre ellos el fenómeno observado con ocasión del primer debate político de una índole semejante que anotan las hemerotecas: el célebre pulso entre Nixon y Kennedy, allá en 1960, cuando la audiencia de la naciente televisión santificó como ganador al luego presidente de las tres famosas iniciales… mientras que quienes siguieron su discusión en la radio dieron como vencedor a su rival republicano, luego perdedor en las urnas. Las urnas. Ah, las urnas. En realidad, ellas serán este jueves las principales protagonistas, porque hacia ellas dirigirán sus mensajes los participantes.
Hacia ese cercano 28M, donde desembocó la charla informal entre Ordaz y los equipos de los candidatos, sobre las particularidades de la noche electoral que se prevé eléctrica. Cuando ya hayamos superado el fin del principio, que diría Churchill, quien también tenía una frase para ese momento trascendental: cuando hablan los electores, sentenció el político británico, sólo hay un ganador. El que forma gobierno al día siguiente. Todos los demás son perdedores.
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