Peligra la tradición de la palma blanca de Elche

Sin embargo, su futuro podría peligrar. «Lamentablemente tiene muchos gastos y realmente a veces pensamos que no es suficientemente rentable. Ayuda a vivir, pero no a vivir bien», ha explicado a TodoAlicante Pepe Serrano. No obstante, puesto que se trata de un oficio que en la familia tienen como una «tradición», Pepe ha asegurado que les da «un poquito de pena dejar que se pierda».

Aunque la realidad es la que es, y los problemas van llegando. Uno de ellos es la dificultad en el relevo generacional. «La gente que se dedica a esto cada vez es más mayor, y a la gente joven no le da por esto porque no tiene salida», ha expresado el miembro de Serrano Valero. ¿Por qué? Porque «es un trabajo que se hace unos meses al año» y, según Pepe Serrano, «la gente quiere una seguridad y una tranquilidad» en su vida laboral. Dos atributos que no se cumplen en la artesanía de la palma blanca ilicitana.

Teniendo en cuenta todos estos factores, el miembro de Serrano Valero considera que es la profesión ideal para personas que tengan un trabajo a parte y dispongan de tiempo suficiente para dedicarle unas horas al día a este otro oficio. Y es que Pepe considera que «es un trabajo duro y pesado», por lo que incluso a sus hijas les ha recomendado que se preparen para hacer «otra cosa» (aunque, como el resto de la familia, conocen la artesanía familiar del trenzado de la palma blanca).

Existen diferentes oficios que implican subir a lo alto de las palmeras de Elche. «Podar palmera es mucho más rápido y da más dinero» que prepararla para conseguir la palma blanca, según ha asegurado Pepe Serrano. Y es que esta segunda labor «da dinero pero hay que trabajar mucho más». Como consecuencia, ha defendido, «la gente se dedica a lo más rápido».

En este sentido, y con conocimiento de causa, el miembro de Serrano Valero ha explicado a TodoAlicante que «palmereros en Elche para podar palmeras hay muchos», pero que los trabajadores que se dediquen al cuidado de la palmera para obtener palma blanca se pueden contar «con dos manos».

Serrano Valero dispone de huerto con más de mil palmeras y, en función de lo que se vende un año, calcula más o menos lo que necesitan producir en la siguiente campaña para cumplir con la demanda de sus clientes. Durante el año es preciso subir tres veces a cada palmera para obtener, aproximadamente, unas 20 palmas de distintas categorías, según Pepe Serrano. Salen diferentes tamaños y también varían, en ocasiones, los colores. Pueden ser más doradas o con tonos más verdosos.