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Una, dos, tres...y así hasta llegar a doce. Un eterno minuto que sella el paso de un año a otro. Lo futuro se convierte en presente y la tradición se esfuma hasta, 365 días después, vuelva a citarse en salones, locales, plazas y cualquier rincón de España, y del mundo, para encomendarse a la suerte que traen doce pequeñas frutas de las que depende la buena fortuna.
La ventura que traen consigo las tradicionales uvas de Nochevieja, que se comen al son de una docena de campanadas, llegan desde Alicante, único lugar donde se puede cultivar la variedad aledo. Ese es el nombre del pequeño fruto de color verde pálido que aguarda en las copas al momento del tolón de la campana de la Puerta del Sol.
Se calcula que dos de cada tres uvas que se consumen en Nochevieja pertenecerán a la Denominación de Origen Protegida (DOP) de la Uva Embolsada del Vinalopó, un producto autóctono de la provincia de Alicante y que genera 13.000 puestos de trabajo.
Se calcula que se comercializarán dos millones de kilogramos de un fruto que se cultiva en 33 empresas de siete municipios de la provincia: Agost, Monforte del Cid, Novelda, Aspe, Honfón de las Nieves, Hondón de los Frailes y La Romana.
La tradición de las 12 uvas se mantiene en parte gracias a la tardía maduración de esta variedad que supone la mitad de la cosecha de este 2022. Sin el tipo aledo, las 12 campanadas se tomarían con uva importada de otros países donde si se pudiese cultivar el fruto.
Una situación que no se da gracias a la técnica del embolsado, que que permite cosechar la uva hasta enero. Fue precisamente unos mese antes, en noviembre, cuando dio comienzo la campaña de comercialización de esta uva autóctona del valle del Vinalopó.
esta tradicional técnica de cultivo mediante bolsa permite que el fruto madure hasta un mes después de su habitual fecha de recolección. Un proceso que lleva empleándose más de 100 años entre los agricultores de la zona y que es característica de la DO, además de proteger a la uva frente a inclemencias meteorológicas.
A pesar de que la técnica del cultivo en bolsa protege a las uvas frente a fenómenos meteorológicos, el calor ha sido uno de los causantes de intentar reducir la
Las elevadas temperaturas que han marcado este inusual y cálido año han provocado una merma en la producción de la uva de mesa de la DO del Vinalopó. En 2021 se registraron en todo el ejercicio 41 millones de kilogramos, mientras que este 2022, la cosecha desciende a los 39 millones.
La falta de demanda, subida a los altos costes a los que se enfrenta el sector, se suma también a unos precios de mercado que no pueden compensar un crítico momento económico. Todo ello junto con el calor, han provocado que aunque la campaña no haya bajado en exceso, sea menor que la del pasado 2021.
La campaña de Nochevieja ha conseguido que el sector remonte la demanda estancada y recorte diferencias con el monto registrado durante el pasado ejercicio. En este sentido, la DO ensalza su certificación como uno de los instrumentos que ha permitido a los pequeños productores y comercializadores hacer frente a un complicado momento.
La zona del Vinalopó es una de las más emblemáticas de España para cultivar uva. Empresas de todo tipo, aun fuera de la Denominación de Origen, hacen del valle su lugar para hacer crecer estos frutos debido a sus bondades y a su tradición. Es el caso de UvasDoce, una empresa familiar de Monforte del Cid nacida en 1970 y dedicada tan solo al cultivo de uva sin semilla.
La empresa alicantina definen la zona como «privilegiada» para el cultivo de este fruto. Desde la compañía productora de uva de mesa cuentan que «la misma variedad plantada en Alicante y en otro lugar no saben igual».
Y es que esto tiene mucho que ver con la bondadosa climatología de la provincia y de la comarca, que hacen que España «sea el único país del hemisferio norte que pueda cultivar uva hasta finales de diciembre, principios de enero».
A la clásica uva embolsada del Vinalopó con DO se le suman otro tipo de uvas que se cultivan en la provincia. Con semilla o sin semilla. UvasDoce optó por cambiarse de bando y de la semilla pasó a sin.
La empresa familiar, que regenta la segunda generación de los Miralles, pasó en 2010 a cultivar tan solo uva sin semilla. «Este 2022 ha sido el primer año que solo hemos tenido cosecha de este tipo de uva», aseguran desde la empresa.
Pasaron de las 100 hectáreas de cultivos de uva sin semilla a las más de 200 que ahora regentan y donde tienen unas 20 variedades.
Un larga campaña que permitirá a Uvas12 comercializar más de 600.000 kilogramos de uva sin semilla de cara a Nochevieja. Una campaña que la empresa afronta con «alegría» y que registrará mejores números de la pandemia. Buena parte de culpa tendrá un sector que estos dos años no lo ha tenido fácil: la hostelería.
«Hay hoteles y restaurantes que servimos desde hace 20 años que nos están pidiendo ya cantidades incluso mayores que en años anteriores a la pandemia», explican desde la compañía de Monforte del Cid.
Uvasdoce
Alicante está abonada a la suerte. O al menos de ella depende la buena fortuna de la mayoría del país. Las famosas 12 uvas a las que uno se encomienda para empezar con buen pie el año son cultivadas en el Vinalopó. Una tierra que influye en la suerte y, por qué no, pedirle un buen año con uva alicantina.
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Rocío Mendoza | Madrid y Lidia Carvajal
Álvaro Soto | Madrid y Lidia Carvajal
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