Mazón pide ayuda a los empresarios de la provincia: «Es hora de que Alicante se ponga a tirar del carro»

La Cámara de Comercio de Alicante reinventó la Noche de la Economía Alicantina en este 2024, un año que toda la Comunitat Valenciana recordará como uno de los más tristes de su historia reciente por la DANA del 29 de octubre. Imborrable por el momento cuando no ha pasado ni dos meses. Por ese motivo, las reivindicaciones económicas se transformaron en la Noche de la Economía Alicantina en otro tipo de sentimientos del tejido empresarial de la provincia, empezando por su propio nombre: la Noche de la Solidaridad Alicantina.

El propio presidente cameral, Carlos Baño, lo dejó bien claro: «Hoy no toca ser el altavoz de la reivindicación». Pero no cumplió del todo este espíritu porque aprovechó su discurso para defender la gestión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en el primer acto público en la provincia tras la riada.

El presidente sabía que jugaba en casa. Por eso, no tuvo reparos en pedir ayuda a los empresarios de la provincia: «Es hora de que Alicante se ponga a tirar del carro, como sabe hacerlo». Y les ha instado: «Valencia ni está ni va a estar sola, porque su provincia hermana van a arrimar el hombro, como siempre han hecho».

La sombra de la DANA sobrevoló todo el acto, desde el minuto inicial de silencio al final con el himno de la Comunitat Valenciana. En medio, Baño ha denunciado en su discurso los «comportamientos canallas» de fuerzas políticas para «dirigir la frustración para rencillas políticas». Clara alusión a la izquierda, y sobre todo Compromís, que ya lleva convocadas dos grandes manifestaciones contra el exdirector general de la Cámara, hoy presidente de la Generalitat, Carlos Mazón.

En opinión de su «hermano», en sus propias palabras, para el presidente de la Cámara, Carlos Baño, estas actuaciones «envilecen la vida política y hace mayor el desamparo de las víctimas».

Baño también ha tenido palabras contra la actuación del Gobierno central, al entender que «hace falta más coordinación y eficacia» en una noche en la que la Cámara, además de las empresas premiadas, otorgó galardones especiales al MOE de Rabasa, Policía Nacional, Armada y Ejército del Aire (todos ellos organismos del Estado), pero también a Bomberos de la Diputación y Speis de Alicante, además de Policía de la Generalitat.

En cuanto a sus propios compañeros empresarios, Baño se ha volcado en reivindicar la solidaridad que desde la Cámara hace Alicante Gastronómica Solidaria, que ha repartido miles de comidas calientes en la provincia de Valencia. «La altura moral de las personas de las instituciones se miden en estos momentos», ha desafiado a sus compañeros.

«Excelencia empresarial y solidaridad no son incompatibles, sino las dos caras de la misma moneda», ha recordado a sus compañeros Carlos Baño. Y ha animado a los colegas: «Todos estamos construyendo algo más grande que nuestros propios negocios, construimos comunidad».

Una idea que le dio pie al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, para unir Alicante a la provincia de Valencia, una relación que históricamente ha sido complicada, pero que las circunstancias obligan a acercar: «Alicante, Valencia y Castellón no son tres provincias, sino una unidad».

Un reto que se permite Mazón en casa amiga, por eso a reglón seguido les ha dado una palmadita en la espalda: «La potencia y el dinamismo del sector empresarial alicantino va a estar a la altura de lo que a esta hora amarga es más necesaria la solidaridad alicantina ahora que nunca para que la Comunitat Valenciana se recupere cuanto antes de las riadas».

Porque este fue el sentir general en toda la gala. Mazón intentó cambiar el paso en la segunda parte de su discurso para volver a hablar de economía en dos ámbitos: el primero, recordar las bondades del Consell del cambio como la derogación de la tasa turística o la eliminación de impuestos para la empresa familiar. La segunda, las reivindicaciones al Gobierno central ya nombradas por Baño. Pero el espíritu de todos no estaba ahí, bien que se dejó notar en el aplauso final tras el himno, más largo de lo habitual en este tipo de actos.

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