Apple está viviendo este septiembre un mes agridulce. Es por tradición el momento en el que los de Tim Cook realizan la puesta de largo de sus nuevos productos desde su sede de Cupertino, en California. Es también uno de los eventos que más expectación ... genera entre los inversores por la presentación de la revolución tecnológica que alientan en sus nuevos productos. Aunque el septiembre del iPhone 15 nada tuvo que ver con lo que se conocía como un ritual desde que se lanzara, en 2007 el primer iPhone de la historia, y la compañía no parara desde entonces de registrar un crecimiento exponencial de sus productos estrella.
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Pero este año la empresa más potente del mundo realizó su evento estrella en un ambiente ensombrecido por la bajada de las ventas de sus dispositivos móviles así como una petición llegada de Francia de retirar del mercado los iPhone 12 por altos niveles de radiación. A ello se suman, y no es asunto menor, las restricciones impuestas por China, lo que ha vuelto a prender la mecha de la guerra comercial entre China y Estados Unidos en la que es ahora Apple la que está, a juicio del analista de XTB, Darío García, «en el centro del huracán».
El país asiático ha prohibido el uso de iPhones a los empleados estatales, una medida que genera una «potencial merma» a la tecnológica si se extendiera al resto de consumidores. Además, la decisión del Gobierno de Pekín se ha adoptado durante el último trimestre del año, cuando la compañía estadounidense tiene un pico de ingresos debido a la venta de los nuevos terminales. Así, la prohibición, según Morgan Stanley, significaría aproximadamente un 4% menos de ingresos este año.
China representa en torno al 20% de los ingresos totales de Apple y la mayoría de sus productos se ensamblan en el país asiático. Esta importante dependencia de China es lo que explica que tras el anuncio de las autoridades chinas, la firma de la manzana perdiera, en tan solo dos días, casi 200.000 millones de dólares (186.000 millones de euros) de su valor de mercado. «La tasa de crecimiento del último trimestre puede verse deteriorada, más allá de la tendencia que podamos ver de la potencial recesión que podamos afrontar a nivel global y que puede reducir la capacidad de compra de estos terminales con estos precios», continúa García.
Este analista recuerda que la guerra comercial la comenzó Estados Unidos al seguir una política proteccionista al impedir que Google pudiera dar servicio o cobertura a los terminales chinos de Huawei. «China lo que ha hecho es contraatacar con la misma moneda, pero con la problemática de que la fabricación de Apple depende de la cadena de suministro del país asiático».
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Si bien es cierto que tras la presentación de novedades es habitual que las acciones de Apple caigan, en esta ocasión tampoco hubo fuegos artificiales. Y es que los principales cambios introducidos en el principal producto de Apple se refieren a la conectividad USB-C -entre otras cosas por tener que cumplir con la normativa europea-, la calidad de la cámara, el procesador A17 y las capacidades de las versiones Pro más potentes. Toda una serie de pequeñas novedades, «más bien estéticas que realmente funcionales», que llevaron a las acciones de Apple en el Nasdaq Exchange a caer casi un 1,5%.
«Dados los crecientes riesgos internacionales que enfrenta Apple, puede ser prudente que los inversores se abstengan temporalmente de adquirir acciones de Apple, no solo porque los eventos anteriores no apoyaron las alzas en el precio de la acción en el corto plazo, sino que el contexto macroeconómico y los riesgos crecientes podrían hacer retroceder adicionalmente el precio de cotización», aseguran los analistas.
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No obstante, para hacer frente a una situación «incierta», se extimó que los precios de los nuevos productos iban a aumentar para así agrandar los ingresos de la compañía. Sin embargo, en contra de lo que se esperaba, «en términos reales, el terminal más caro es mas barato, ajustado por la inflación, que el Iphone 14 más caro del año pasado», asegura García, que lo comenta como una estrategia «agresiva» de Apple para mantener el nivel de número de usuarios en una situación económica global de incertidumbre y donde desde incluso antes del evento de presentación había un potencial de reservas de estos productos inferior con respecto al año anterior. Pero avisa: «la situación económica del pasado año no tiene nada que ver con el presente». Y Szmyd añade: «Parece que si alguna vez la dinámica de las ventas de iPhone cayera de manera alarmante, el entorno macroeconómico actual parece ser la mejor oportunidad para ello».
A pesar de todo, y aun teniendo en cuenta que los ingresos de Apple cayeron un 3% a principios de 2023, no se ve en peligro a una compañía en la que la bajada de ventas de Ipads y Macbook se ha visto en cierto modo compensada por el crecimiento de ventas de productos y servicios en la nube donde además, su principal producto, el iPhone, representa el 50% de los ingresos. «La demanda del iPhone parece ser una especie de base para un mayor crecimiento», asegura el analista Eryk Szmyd.
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No obstante, la empresa ha ido, según los expertos, «diversificando» su negocio. Además, no ven que las últimas noticias relacionadas con posibles radiaciones que emitiría el iPhone 12 y que algunos Estados como Francia están pidiendo retirar vayan a agitar el tablero de una compañía en la que la tasa de abandono de un cliente es extremadamente baja.
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