C. A.
Madrid
Lunes, 12 de septiembre 2022, 19:10
La imparable subida de precios no es algo exclusivo de 2022 ni tampoco del efecto de la crisis energética. La inflación subyacente -la más persistente, al excluir los precios de los alimentos frescos y de la energía-, se incrementó un 5,3% en España entre ... julio de 2019 y julio de 2022.
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Así lo expuso ayer el Banco de España en un informe en el que analiza, a través de distintos subíndices, los culpables del alza de precios en este periodo que engloba la pandemia. La conclusión es clara: vivienda y turismo son los componentes que más han pesado en esa tendencia que ya se traslada a la general.
El organismo se muestra especialmente preocupado por la contribución del subíndice de 'ocio, restauración y turismo', indicando que explica 1,6 puntos porcentuales de la inflación de julio, frente a solo un punto que supone en la media de la zona euro.
No se trata solo de que este sector pese más en la cesta española. El supervisor deja claro que el país también ha sufrido «un mayor incremento de los precios en el último año».
El problema es que esta subida en los componentes más estables de la inflación es incierta. «Dependerá de la evolución de la guerra en Ucrania», indican los economistas. Así, el Banco de España vuelve a hacer un llamamiento a la contención salarial y de los márgenes empresariales, anticipando que «la notable pérdida de poder adquisitivo» moderará la demanda agregada y el dinamismo de los precios.
En este sentido, desde el Banco de España anticipan que los altos niveles de inflación «persistirán durante más tiempo del previsto». Así lo puso también ayer de manifiesto el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán que aprovechó una presentación en la Bolsa de Madrid para volver a poner de manifiesto las dudas que persisten en torno a la recuperación económica. De hecho, la institución prevé una desaceleración de la actividad, penalizada por los mismos «vientos en contra» que pesan sobre las perspectivas mundiales y europeas, como son la inflación, la incertidumbre, la crisis energética o el endurecimiento de las condiciones financieras.
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Durante su intervención en el 'Swiss Bankers Executive Study Tour', Gavilán explicó que a pesar de la fuerte temporada turística, ya se observan algunos signos de debilitamiento de la actividad, como es el caso del empleo, así como en los indicadores de confianza y los de consumo y producción. Eso sí, el director general de Economía destacó los datos del segundo trimestre, con un crecimiento del PIB superior al previsto, impulsado por la reapertura de la economía. No obstante, insiste en el riesgo de una inflación que sigue sorprendiendo al alza y que se extiende ya a toda la cesta de consumo.
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