La banca advierte del peligro de modificar el plan de ayuda a los hipotecados

Kindelán se mostraba así contraria a algunas de las propuestas lanzadas desde el ala morada del Ejecutivo, como el tope a las hipotecas variables de menos de 300.000 euros durante un año, hacer permanente el cambio gratuito de hipoteca variable a fija (el coste lo asumirían los bancos) o la aplicación de nuevos umbrales para los beneficiarios que implicaría cambiar el pacto que, de momento, apenas ha recibido 15.000 consultas y 9.000 solicitudes.

Tras la Asamblea General de la AEB, Kindelán dejó entrever que en las próximas semanas se incremente la cifra, pues será a partir de ahora cuando se empiecen a notar más las subidas en las revisiones anuales de las hipotecas variables. «Acordamos vernos con el Gobierno en junio y revisar los datos, pero incluso ese mes parece pronto para ir valorando, pues el impacto de la subida de los tipos en las cuotas se irá notando poco a poco... estaremos a mitad de camino», insistió.

El nuevo código de buenas prácticas pactado con el Gobierno complementa un año de intensa actividad para la AEB, que también ha sacado adelante las negociaciones para incrementar la inclusión financiera de las zonas rurales. Unos planes que fuentes del sector no ocultan que podrían sufrir retraso, sobre todo ante el periodo electoral que se avecina.

Por eso, desde la AEB solicitan una mayor colaboración de los ayuntamientos, piezas clave para impulsar la instalación de sucursales y cajeros en las zonas donde actualmente no existen servicios bancarios. Según los datos que maneja la patronal, desde la puesta en marcha del programa se han cubierto 79 municipios con 70.000 personas que habrían pasado ya a contar con estos servicios presenciales.

El sector se había dado seis meses para dar al menos un punto de acceso a servicios bancarios presenciales a los pequeños municipios. A partir de ahí, se empezaría a hablar de la instalación de cajeros de 'marca blanca'. Un proceso que ya habría comenzado y para el que la AEB ha pedido mayor colaboración por parte de los ayuntamientos. Aunque son conscientes que la llegada del periodo electoral retrasará su compromiso.

Kindelán también quiso transmitir un mensaje de confianza tras la reciente crisis de confianza que ha azotado al sector en Europa, aunque el epicentro del terremoto estuviese en la banca regional de EE UU, con la caída del Silicon Valley Bank (SVB). Según los datos recopilados

Kindelán defendió que 2022 fue un año de «crecimiento sano» para el sector en España, gracias al notable aumento de balance por la buena marcha de la actividad típica (créditos y depósitos) y el mayor margen de intereses. «Estos resultados han sido posibles gracias a un modelo de negocio sólido y sostenible en banca comercial«, defendió Kindelán.

Según las estadísticas, el crédito y los depósitos a familias y empresas representan actualmente el 58% del total de balance, diez puntos más que la media europea. «Es decir, tenemos una banca comercial mayor que la europea», explicó para defender que el modelo nacional se distancia mucho del de las entidades que han presentado problemas en Europa y EE UU en los últimos meses.

También apeló a la fuerte diversificación del sector, donde el 42% del balance consolidado procede de filiales en el exterior. Con una morosidad controlada en el entorno del 3% -con ningún sector, ni familias ni empresas, presentando síntomas de riesgo de momento- Kindelán insistió en que la banca también es fuerte en términos de liquidez.

«Nuestras ratios son elevadas, superan los mínimos regulatorios y están por encima de la media europea, con un saldo neto de 130.000 millones que depositan en el BCE. Además, nuestra base de depósitos es estable, garantizada... el 66% de todo el saldo de depósitos de empresas y familias está garantizado por el fondo de garantía». «Hay sistemas bancarios en algunos países que necesitan apelar permanentemente al mercado para financiar sus préstamos», insistió.

Según la AEB, los depósitos pesan un 57%, por encima de la media europea. En cuanto a la remuneración «no podemos hablar de prácticas comerciales de las entidades». Kindelán explicó que «venimos de un mundo de exceso de liquidez y no hay un problema de competencia en España... es feroz y es parte del éxito».

Respecto a la ralentización del crédito que se ha empezado a notar en este inicio de año, Kindelán achacó al descenso de la demanda por el cambio de las condiciones con la subida de los tipos de interés y a la situación de incertidumbre económica. «No hay un problema de oferta», matizó, dejando claro que los bancos no tienen problema de prestar. «Hay disposición de financiar y de prestar a toda la demanda solvente», insistió.

En este punto, criticó además el coste que para el sector supondrá el nuevo impuesto a la banca que entró en vigor el 1 de enero. «Estamos retirando 3.000 millones de resultados y, por tanto, de cantidad a prestar. Según un informe de PwC, el gravamen supondrá un incremento de 10 puntos porcentuales de la presión fiscal que actualmente tiene el sector», añadió.