La inflación es el mayor quebradero de cabeza de las familias desde que comenzó la crisis por la guerra de Ucrania hace ahora casi un año. El mayor problema empezó siendo la energía pero ahora la mayor preocupación es la cesta de la compra, cuyos ... precios han subido tanto que el Gobierno tuvo que tomar medidas y rebajar o eliminar el IVA de los alimentos básicos. Pese a esta medida, los alimentos fueron el pasado mes de enero un 15,4% más caros que hace un año, según los datos confirmados este miércoles por el INE. Es más, incluso en tasa mensual (enero respecto a diciembre) el precio de los alimentos subió cuatro décimas.
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Eso sí, la subida del 15,4% es tres décimas menor que la que se produjo en diciembre, lo que refleja la moderación de estas alzas. Y desde el Ministerio de Asuntos Económicos revelan que si solo se tienen en cuenta los precios de los alimentos con IVA reducido o eliminado, se puede observar una caída del 1,6% respecto a diciembre, mientras que el resto de productos de la cesta no afectados por la rebaja fiscal han subido un 1,4%.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, reconoce que la moderación en la subida de los precios de los alimentos «puede parecer poco». Pero defiende que sin la rebaja del IVA, la cifra habría sido superior. «Vamos a seguir trabajando para que los precios de la alimentación bajen de forma más significativa», declaró este miércoles.
Con ese objetivo, el Ministerio ha convocado a los supermercados el próximo lunes 20 de febrero dentro del Observatorio de la Cadena Alimentaria. No obstante, y al contrario que los miembros de Unidas Podemos, Planas sí considera que «la distribución ha trasladado la rebaja a los consumidores».
Planas rechazó imponer un tope al precio de algunos alimentos. «Estamos analizando la situación y buscaremos las herramientas para que bajen los precios de los alimentos, a través de la combinación de dos factores: la actuación pública y el funcionamiento de los mercados internacionales, energéticos y alimentarios». A su juicio, «hace falta un traslado de la disminución de los precios en la alimentación animal -maíz o soja- al coste de los alimentos y, por tanto, a los consumidores».
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Los datos en tasa mensual (enero sobre diciembre) reflejan que el pan ha caído un 0,2%, la leche un 1,5% o los huevos un 1,5%. Pero no son los únicos alimentos sin IVA que se abarataron en el primer mes del año, según los indicadores del INE: frutas frescas (-4,2%), patatas (-1%), harina (-2,3%) y queso (-0,7%). Además, la rebaja del IVA del 10% al 5% en el aceite de oliva produjo una reducción de su precio del 1,2% y de la pasta, un 3,5%.
Sin embargo, estos alimentos siguen siendo mucho más caros que hace un año. En el caso del pan, su precio ha subido un 13,5% desde enero de 2022, la leche un 33%, los huevos un 27%, las patatas un 19%, la fruta un 4% o el queso un 20,5%. El producto que más ha subido desde hace un año es el azúcar, que en enero se vendió un 52% más caro que en el mismo mes del año pasado.
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Los productos no incluidos en la rebaja del IVA, como las carnes, el pescado, la mantequilla, los cereales, los alimentos para bebés o el café han seguido subiendo de precio en enero respecto a diciembre. Estos incrementos suponen un «duro golpe» para la economía doméstica de muchas familias, lamentó la OCU, que cuantifica en un sobrecoste anual de 860 euros por familia el extra en la cesta de la compra.
El IPC general bajó dos décimas en su tasa interanual en enero hasta el 5,9%, una décima más de lo previsto en el avance del INE, debido a que los carburantes han subido de precio con el fin de la bonificación de los 20 céntimos por litro el pasado 31 de diciembre. También han impulsado la tasa de inflación los servicios de telefonía y la ropa, según los datos publicados por el INE. Esta subida rompe con cinco meses de descensos en la tasa interanual, desde que el IPC tocara su pico el pasado mes de julio (10,8%).
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Pero la tasa subyacente (la más persistente, al no tener en cuenta productos más volátiles como los energéticos o los alimentos no elaborados como frutas o verduras) sigue disparada. En enero llegó al 7,5%, medio punto más que el mes anterior y la más elevada desde 1986. Supera al índice general en más de punto y medio. El ministerio dirigido por Nadia Calviño indica que esta tasa subyacente «reflejará en los próximos meses el descenso de la inflación general y de los costes energéticos». Además, destaca que la tasa general solo haya subido dos décimas pese a la subida de los carburantes por el fin de la bonificación.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se mostró muy optimista con los datos que publica este miércoles el INE y aseguró en la sesión de control del Congreso que el último dato de inflación demuestra que «están bajando los precios de los alimentos por las políticas del Gobierno».
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En tasa mensual (enero sobre diciembre) el IPC registró una caída de dos décimas por el abaratamiento de la electricidad (-17,5%), la ropa por las rebajas (-17,2%) y los paquetes turísticos (-1,4%). Lo que más subió de precio en enero respecto a diciembre fueron la gasolina (12,7%), el gasóleo (10,2%) -ambos por el fin de la bonificación de los 20 céntimos- y el gas natural (7,2%).
El descuento de los alimentos no convence a todos. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha publicado recientemente un análisis de la medida en la que indica que aunque tendrá un coste para el estado de 700 millones de euros, solo supondrá un ahorro para las familias de poco más de 6 euros al mes. O lo que es lo mismo, los hogares podrán beneficiarse de un descuento de unos 39 euros durante los seis meses que durará la medida. Además, asegura que las familias más beneficiadas por ello serán las que tengan rentas superiores a los 200.000 euros al año. Por ello, Fedea aboga por establecer ayudas directas más importantes a los colectivos más vulnerables en lugar de rebajar el IVA de ciertos alimentos.
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Por parte de la asociación de fabricantes y distribuidores Aecoc aseguran que la subida de precios de los alimentos es «consecuencia directa» del incremento de costes de producción por el contexto internacional y de la escasez de producción de algunos productos como el aceite. Según sus datos, si la rebaja del IVA se hubiera ampliado a más productos como la carne y el pescado, el IPC de la alimentación se habría situado en el 11,7% en lugar del 15,4% que ha marcado. Destacaron que los costes de producción han subido un 20,6% en 2022 mientras que los alimentos han subido un 15,7%, lo que «evidencia el esfuerzo de toda la cadena agroalimentaria por no repercutir la totalidad de la inflación en los consumidores».
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