
La colina de Montmartre y la cúpula blanca de la Basílica del Sacré Cœur dan los buenos días, desde el pasado mes de febrero, a Alexandra Salcedo Iliescu. Esta joven alicantina cambió las vistas de su casa, esas desde las que admiraba las aguas mediterráneas que bañan la playa del Postiguet, para contemplar ahora el río Sena. Una mudanza que vino de golpe y con una intención: trabajar en los Juegos Olímpicos de París 2024.
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Así, entre ventanas es como surge su aventura. En este caso, la que le abrió la oportunidad de cumplir su sueño. Y es que tras haber dado la vuelta al mundo a través de The Ocean Race, en la regata 2017-2018, Salcedo se vuelve a lanzar a la aventura para conquistar el deporte olímpico, otra de sus pasiones. Aunque en esta ocasión, lo hace tras los focos para gestionar la logística de las ansiadas Olimpiadas de París.
«Para mí, participar en los Juegos Olímpicos era un sueño», reconoce a la vez que confiesa que «no me dio tiempo a pensar que me iba diez meses», pues estará presente en los juegos de verano y en los Paralímpicos. Su trayecto arrancó durante los últimos días de enero, cuando recibió confirmación y, acto seguido, dijo sí. Con ello, compró los vuelos, buscó una casa y preparó su maleta, la cual facturó en el avión para poner rumbo a su nuevo camino profesional.
La inmediatez no le ha supuesto «un trauma o una ruptura» con su día a día. Todo lo contrario. Esta alicantina -con orígenes valencianos del municipio Torres Torres y rumanos con raíces en Bucarest- está acostumbrada a partir para llevar a cabo nuevas experiencias, personales y profesionales. «He salido en otras ocasiones y parecía que lo necesitaba», tras años de estudio y entrega a los apuntes. Además, la ciudad de la luz le resulta bien conocida, tanto por la magia que emana de las películas como por la aventura previa durante su estancia Erasmus. «Es como volver a casa».
Y ha sido allí donde ha encontrado una familia. Son sus compañeros de la empresa global de CEVA Logistics -partner oficial de los Juegos Olímpicos de París- quienes han recibido a Alexandra Salcedo con los brazos abiertos. Este equipo, en el que ejerce como adjunta de la responsable de Logística junto a otros cuatro compañeros en el mismo cargo, se puso cara el pasado 5 de febrero. Desde entonces han trabajado para poner en marcha una buena relación de convivencia, así como para «repartir las tareas que más se adecúan a nuestras personalidades».
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Junto a los adjuntos trabajan como operarios otros tantos compañeros, con nacionalidades dispersas y el francés como lengua común. Según cuenta Salcedo, son más de una decena los países de los que proceden, cada uno de un continente distinto. Es en París donde han coincidido para ofrecer apoyo logístico durante los Juegos Olímpicos e «intentar ayudar siempre en todo lo que podamos». En su caso, lo harán en el International Broadcast Centre, al que acudirán las radios y televisiones de todo el mundo.
Estos meses previos a las Olimpiadas sirven para tomar rodaje y adecuar las instalaciones. Estas consisten en un parque de exposiciones de 22 hectáreas con cinco naves que se convertirán en platós. Entre sus funciones, centralizar las llegadas de camiones, los envíos, cargar y descargar, además de montar. «Ahora mismo estamos en la fase de montaje, en la cual amueblamos los espacios» que albergarán las cadenas y emisoras.
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El mano a mano entre todo el equipo hace que «vayamos muy rodados» de cara a la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de París, en la que atenderán a más de 10.000 personas. Será a partir de ahí cuando la intensidad aumente y, también, el vértigo. «Parece que están muy lejos, pero están a la vuelta de la esquina», incide Salcedo, aunque es el trabajo y la formación previa lo que les hará superar con creces este desafío al que se encaran unidos y en equipo, «volcados los unos con otros».
Otra de las cosas que tiene clara esta joven alicantina es que vivir los Juegos Olímpicos de París «desde una perspectiva no deportista es apasionante». Según avanza, la ciudad gala será «el centro de atención» y, con esta oportunidad, «se pretende implicar a todo el mundo para que no se pierda el espíritu olímpico».
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Sabe bien que ella es «un microscópico granito de arena» en este organismo internacional, pero son sus ganas las que le hacen disfrutar de su sueño, el cual ha visto cumplido también gracias a sus estudios del doble grado de Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Alicante y al nivel nativo adquirido en cuatro lenguas, con gran hincapié en el francés que estudió en el Liceo de Alicante. «Ahora que estoy aquí es incluso mejor de lo que me había imaginado». Y esto es posible «gracias a las personas con las que trabajo».
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