Alicante-Cabo Verde: 3.500 km, el Mediterráneo, el Atlántico y decenas de islas

Más de 3.500 kilómetros (1.900 millas naúticas) separan la costa alicantina del archipiélago africano, donde las tripulaciones no podrán bajar a tierra. Ni siquiera a los técnicos que esperan en el destino les estará permitido trabajar en las tareas de mantenimiento del barco. Los equipos apenas pasarán seis días amarrados en el puerto, esperando el pistoletazo de salida de la segunda etapa para poder surcar el océano Atlántico dirección Ciudad del Cabo.

Por primera vez en los casi 50 años de historia de la Ocean Race, las islas africanas figurarán como parada. Este sprint de la primera travesía está previsto que sea completado en unos tres o cuatro días, dependiendo de las condiciones meteorológicas. Aun así, se espera que la igualdad impere durante los compases iniciales de esta vuelta al mundo a vela.

Las traicioneras aguas que bañan Alicante serán el primer reto al que estos profesionales de la navegación se enfrentarán. Las condiciones meteorológicas del mar Mediterráneo son muy imprevisibles y en cualquier momento pueden sorprender a los equipos que han partido del puerto de la ciudad. Especial cuidado deben llevar con los vientos, que cambian en cuestión de minutos y peligrosos en horas de oscuridad.

Sin embargo, el mayor de los desafíos llegará ante el 'portón' que guarda el océano Atlántico. El estrecho de Gibraltar es un punto estratégico mercantil para los navíos comerciales que vienen de la gran masa de agua vecina. Los equipos, aparte de tener que ir zigzagueando entre los barcos mercantiles, combatirán contra las rápidas corrientes, las altas olas y los fuertes vendavales imperantes en la zona.

A la difícil tarea de cruzar el estrecho se le une la de comenzar a navegar en el Atlántico. Será el primer momento de esta Ocean Race en el que los regatistas se adentren en el vasto océano. Con los veleros apuntando al sur y dejando a un lado la costa marroquí, continuarán su periplo hacia Cabo Verde, pasando antes de llegar por otro archipiélago, pero este español: las Islas Canarias.

Los equipos deberán tener cuidado y decidir si quieren adentrarse en mar abierto o seguir la estela de la costa. Ambas opciones son viables en esta primera etapa que durará entre tres y cuatro días, dependiendo de las corrientes y los vientos, que pueden amainar por la zona de las Canarias. Deberán llevar cuidado, pues acercarse mucho a sus orillas puede reducir demasiado la marcha de los barcos.

En la ciudad de Mindelo, en la isla caboverdiana de São Vicente, aguarda la meta. Sin embargo, no habrá tiempo para que los navegantes puedan descansar y disfrutar de la localidad. Apenas cinco días después de amarrar, y sin poder tocar tierra, los equipos volverán a izar las velas para embarcarse en una segunda etapa, pero esta les llevará a todo un clásico de la Ocean Race: Ciudad del Cabo.