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Vista de la planta de generación energética de Neukieritzsch, en Alemania. EFE/EPA/FILIP SINGER
Europa se queda sola en la lucha climática: es la única región con una rebaja significativa de emisiones

Europa se queda sola en la lucha climática: es la única región con una rebaja significativa de emisiones

El último informe de expertos de la ONU revela la falta de efectividad de los compromisos globales para reducir los gases de efecto invernadero, que se ven incrementados un 1,3% un año más

Jueves, 24 de octubre 2024, 16:17

Los expertos del programa medioambiental de Naciones Unidas (Pnuma) publican hoy sus conclusiones sobre los compromisos adquiridos por los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI en adelante), con el fin de frenar el calentamiento global.

Un año más, estas vuelven a ser decepcionantes y se resume en una sola advertencia: «La ambición no significa nada sin acción». Esta frase, repetida hastas la saciedad por los analistas de la ONU, recuerda a los gobiernos que, a pesar de las declaraciones de intenciones realizadas, la curva de las emisiones contaminantes ni muestra un descenso en la media global ni tampoco alcanzan el ansiado pico a partir del cual se produciría un descenso continuado.

Al contrario, no han dejado de crecer , tampoco en 2023, y no lo harán en 2024 en muchos países del mundo, según los datos provisionales que ya se manejan. En palabras de Anne Olhoff, científica autora principal del citado informe, «en nuestro análisis vemos que la situación no ha cambiado casi nada con respecto al año pasado». Los datos recopilados refrendan esta parálisis: la subida de los GEI es un 1,3% más en 2023 con respecto al año anterior. En total han sido emitidos a la atmósfera 57,1 gigatoneladas de CO2 (el principal gas analizado) el año pasado.

En este panorama global, existen diferencias sustanciales entre países y regiones del mundo, que son también analizadas en este trabajo de Naciones Unidas. El peso que tienen Rusia, China o Estados Unidos en la emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global del clima nada tienen que ver con las que aportan los países de la Unión Africana, por ejemplo.

De este análisis, destaca el papel que está jugando la Unión Europea en la lucha contra las emisiones. El famoso 'Pacto Verde' y las políticas medioambientales que la Comisión ha puesto como una de sus prioridades en los últimos años parecen haber dado sus frutos.

Según el análisis ofrecido por los analistas de Naciones Unidas, Europa sería la única entidad que cumple con objetivos significativos de reducción de emisiones, con una rebaja de 7,3 puntos porcentuales entre el año 2022 y 2023. EE UU es la otra que también reduce 'algo' su aportación de contaminación a la atmósfera, pero un exiguo 1,2%. Frente a estas tendencias, la de India, China y Rusia destacan en el lado contrario, con un incremento del 6, 5 y 2% respectivamente.

De cualquier modo, las tendencias demostradas por los países más contaminantes no tienen la misma importancia. Es el caso de China. Que sus emisiones suban algo más de un 5% en un año es muy dañino si se tiene en cuenta que de esa región del mundo provienen el 30% de todas ellas. 16.000 millones de toneladas de CO2 emitió el país asiático en 2023.

Lo mismo sucede con Estados Unidos. Con un 11% del peso en el conjunto del mundo, lo que haga tiene más consecuencias. Aunque haya rebajado un ridículo 1% sus emisiones, sus datos per cápita son aún peores que los de China: cada estadounidense emitió 18 toneladas de GEI a la atmósfera en el año de referencia, frente a los 11 que se les achaca a cada chino.

No es de extrañar, que en la reunión técnica que ofrecieron los autores del estudio con los periodistas, el investigador belga Joeri Rogelj, uno de los autores principales, recalcase que la mayor responsabilidad en la lucha contra el calentamiento global está, en efecto, repartida entre Estados Unidos y China.

De cualquier modo, en el retrato per cápita quien peor sale parado de todos los países analizados es Rusia, con 19 toneladas, a pesar de que su porcentaje de aportación de gases en el conjunto no alcanza el 5%, algo que ha permanecido prácticamente sin cambios a lo largo del periodo histórico analizado, esto es, entre 1850–2022.

«Es posible alcanzar el 1,5º de los Acuerdos de París. La tecnología existente y el precio son suficientes para cerrar la brecha de emisiones»

Anne Olhoff

Científica autora principal del Informe de la Brecha de Emisiones 2024

India, por último, es el país que peor progresión demuestra en el retrato trazado por el grupo de expertos de la situación actual: sus emisiones fueron las que más crecieron en el último año, con un 6,1%, convirtiéndose en el tercer emisor global, superada solo por China y Estados Unidos.

Con este panorama, el caso europeo destaca. A este respecto, el informe destaca que «está en camino de cumplir con sus compromisos políticos adquiridos, ya que más estudios cuantifican el posible impacto de las políticas recientes, incluido el paquete Fit for 55 y el plan REPowerEU».

Pero su ejemplo no es relevante por lo que va camino de conseguir, y porque su rebaja del 7,5% no se ha dado en ningún caso analizado, sino además porque su logro del último año es justamente la senda que deberían seguir todos los países para conseguir que la temperatura global no haya subido más de un 1,5 granos en el año 2035.

Según los cálculos realizados por los expertos en sus previsiones, precisamente es un 7,5% de reducción de emisiones lo que «debería producirse cada año hasta 2035 para que el termómetro no suba más de 1,5º», tal y como se firmó en el famoso Acuerdo de París de 2015.

Todo lo que sea menos porcentaje de reducción, es una subida directa de las temperaturas, con todas las consecuencias para la vida de los ciudadanos, las economías y los ecosistemas que eso conlleva. «Si los países logran globalmente rebajar un 4% el total de GEI cada año hasta 2023, la temperatura se quedaría en 2º más», advierten los autores del informe.

Por eso realizan un llamamiento en su trabajo, para que la ambición de las políticas de mitigación de emisiones sea mayor, contando por supuesto con que luego se cumplan. Este toque de atención llega justo antes de que los países, que se reúnen ahora en noviembre en la 29º cumbre del clima en Baku (Azerbaiján), renueven sus 'votos' con al Acuerdo de París. Estos compromisos son renovados cada cinco años y ahora en 2025 toca realizar nueva declaración de compromisos. De ahí el informe de la ONU emitido ahora.

Por eso, advierten que, de seguir con las políticas actuales y con la senda actual, en la que ni se alcanza el pico ni se ve una reducción significativa a nivel global de estas emisiones contaminantes, la temperatura habrá subido 3,1º, lo que realmente llevaría al mundo a un futuro que, aunque incierto, sería muy distinto al de ahora. Estas proyecciones, aunque muy altas, «son consistentes con las realizadas por el panel de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC)», defienden.

«Si retrasamos la acción hasta 2030, tendríamos que poner objetivos superiores de reducción, que oscilarían entre el 8 y el 15%», para contener el aumento de temperatura en 2º. De ahí que abogue por adelantar las políticas más ambiciosas al momento actual, para que la reducción sea menor, aunque en el tiempo tendrían más efecto.

«Estados Unidos y China están prácticamente al mismo nivel de responsabilidad»

Joeri Rogelj

Investigador autor del informe de emisiones 2024

Los objetivos climáticos de los países, a estas alturas, no han sido comunicados. A 1 de septiembre de 2024, solo Madagascar, Namibia y Panamá han presentado sus contribuciones a nivel nacional o nuevas actualizaciones de sus compromisos. Y solo Madagascar, un solo país del mundo, ha dicho que fortalecerá sus políticas de mitigación.

Frente a esto, los autores del informe de la UNEP son claros: «Es justo que el G20 reduzca sus emisiones más rápido que el resto», advirtió Olhoff. No en vano, el 82% del total de las emisiones globales proceden de 107 países de este grupo.

La incorporación de la Unión Africana como miembro permanente del G20, que duplica con creces el número de países representados, de 44 a 99, eleva la proporción solo en un 5%, al citado 82%. «Esto pone de relieve la necesidad de que haya responsabilidades diferenciadas entre las naciones», defienden los expertos.

¿Podemos frenar el calentamiento global?

Así, a las puertas de la cumbre del clima y aún pendientes de qué compromisos renovados presentarán los países, el grupo de expertos afirma tajantemente que es pronto para dar la batalla por perdida y que los países con más responsabilidad tienen la tecnología suficiente para actuar. «Es posible alcanzar el 1,5º de los Acuerdos de París», defienden. Y prosiguen: «Las tecnologías y el precio son suficientes para cerrar la brecha de emisiones», refiriéndose a la diferencia entre lo que se sigue emitiendo y lo que se debería emitir para cumplir objetivos y frenar el calentamiento global.

El informe muestra que existe potencial técnico para reducir las emisiones en 2030 hasta 31 gigatoneladas de CO2 equivalente (alrededor del 52 por ciento de las emisiones en 2023) y 41 gigatoneladas en 2035. «Esto permitiría reducir la brecha a 1,5 °C en ambos años, a un costo inferior a los 200 dólares por tonelada de CO2 equivalente», calculan.

Para este cambio, la gran apuesta está en las energías eólica y solar fotovoltaica. «Han superados las expectativas que se tenían en ellas» y solo con una mayor apuesta que logre triplicar el peso de estas renovables se podría generar el 27% del potencial total de reducción de emisiones en 2030 y el 38% en 2035.

Esto se debe a que, como se muestra en el gráfico de arriba, la generación de electricidad sigue siendo el sector que más emisiones de gases de efecto invernadero genera, a mucha distancia con el siguiente, que serían el transporte y la agricultura.

Ahora bien, a nadie se le escapa que además de acuerdos globales políticos, así como su ejecución, la lucha contra el cambio climático tiene que ver con inversiones económicas. Para aprovechar este potencial que describen, se necesitará «una movilización internacional sin precedentes y un enfoque de todo el gobierno, centrado en medidas que maximicen los beneficios socioeconómicos y ambientales y minimicen las compensaciones».

Para alcanzar el nivel cero de emisiones netas, calculan desde Naciones Unidas, se necesita un aumento mínimo de seis veces en la inversión en mitigación, respaldado por una reforma de la arquitectura financiera mundial, una acción firme del sector privado y la cooperación internacional.

¿Es asequible? Defienden que sí: la inversión estimada es de entre 0,9 y 2,1 billones de dólares al año hasta 2050, inversiones que generarían beneficios en forma de costos evitados por el cambio climático, la contaminación del aire, los daños a la naturaleza y los impactos en la salud humana. Para ponerlo en contexto, la economía mundial y los mercados financieros suponen 110 billones de dólares al año.

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