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La temperatura del mar Mediterráneo, en la bahía del Albir, sigue a día de hoy, cuando faltan sólo cinco días para entrar en el mes de diciembre, por encima de los 20º. Por ello, y por el contexto de emergencia climática en la que vivimos desde hace años, el avistamiento que se ha producido a primera hora de la mañana de este jueves en la playa del Racó de l'Albir es todavía más extraño y llamativo si cabe: un Alca Común, el 'pariente' vivo más cercano al alca gigante, una especie de pingüino que se extinguió por completo a mediados del siglo XIX.
El ejemplar ha sido encontrado en la orilla de la playa, cuyas aguas forman parte del Parc Natural de la Serra Gelada. Ha sido ahí donde un pescador local, que prefiere mantener el anonimato, lo 'pescó' por accidente.
Tal y como ha relatado a TodoAlicante, «estaba pescando y, de repente, noté un tirón fuerte en la caña. Al recoger el sedal, me di cuenta de que había enganchado al pingüino. Lo traje a la orilla para liberarlo y comprobar que no tenía ningún daño. De hecho, el anzuelo se le soltó solo. Después, lo volví a dejar en el mar y rápidamente se marchó nadando».
El pescador ha vuelto a probar suerte en la mañana de este viernes «porque estamos en la época de la lubina», pero su sorpresa ha sido mayúscula cuando «me lo he vuelto a encontrar muy cerca de la orilla alimentándose». Como explica el pescador alfasino, no sin cierto fastidio, «no he pescado nada. Es normal, cuando hay un depredador cerca, los peces suelen marcharse». Aunque afirma que su nulo éxito pesquero es un precio a pagar con gusto por haber tenido la oportunidad de ver de cerca un animal tan exótico.
El protagonista humano de esta historia, un gran conocedor de las aguas del Parc Natural de la Serra Gelada, afirma que el pingüino no es el animal más extraño que ha podido ver en este paraje. «Hace un tiempo, buceando, me encontré con uno de esos raros ejemplares de especies abisales. No conozco el nombre de lo que vi, pero fue algo muy llamativo y raro. Tenía la forma de una suela de zapato, la textura de una medusa y una luz arcoíris que le iba recorriendo el cuerpo». Una experiencia de la que, sin duda, disfrutó: «me quedé un buen rato mirándolo porque era algo muy llamativo».
El alca común es un ave que, en la edad adulta, alcanza una longitud de entre 38 y 43 centímetros con una envergadura alar de entre 60 y 69 centímetros. Comparte con el resto de especies de pingüinos sus característicos colores blancos en su parte inferior y los negros de la cabeza, el cuello, el dorso y las patas. Además, una delgada línea blanca se extiende desde los ojos hasta el final del pico.
Como curiosidad, cabe destacar que durante la temporada no reproductiva, la garganta y la parte trasera de los ojos se vuelven blancas, y la línea blanca en la cara se vuelve menos visible.
Se trata de una especie que, en Europa, se distribuye principalmente en las islas y costas rocosas que se encuentran entre Islandia y el noroeste de Francia llegando, esporádicamente, a la costa cantábrica española donde, apuntan los expertos, su presencia es rara. Por ello, el avistamiento producido en l'Albir, aunque no es único en el Mediterráneo, es todavía más extraño.
El avistamiento de este pingüino se produce sólo unos meses después de que la playa del Racó de l'Albir protagonizara las portadas y titulares de muchos medios de comunicación cuando un jabalí saliera nadando por la orilla del arenal –probablemente tras caer al agua mientras se alimentaba en la propia Serra Gelada– y, en su carrera por huir, provocó una leve herida a una bañista que no pudo apartarse de su camino.
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