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«Si esto estuviera en Estados Unidos habría una ciudad alrededor solo para acoger a turistas», explica un visitante americano de la Casa Museo Modernista de Novelda. Y no es para menos. La ciudad está plagada de ejemplos de un movimiento que convirtió en arte la arquitectura de principios del siglo XX.
La Casa Museo Modernista -también conocido por el nombre de su artífice, casa Antonia Navarro Mira, es la joya de la corona del modernismo noveldense. Una obra con poco que envidiar a los grandes palacetes de París donde el 'art nouveau' impregnó cada rincón de la ciudad.
¿Pero cómo llega una casa modernista a habitar el corazón de Novelda? El 'alma mater' fue una mujer, 'la Pichocha', Antonia Navarro Mira, que a principios del siglo XX se convirtió en una de las fortunas más importante de España con la agricultura de la vid y su exportación, lo que le permitió ampliar el patrimonio familiar y viajar por el mundo.
Esta mujer fue toda una pionera que heredó la fortuna familiar a la muerte de su padre y su marido, lo que la obligó a ponerse al frente de los negocios y alcanzar una libertad poco habitual para la época. De hecho, el mote de 'la Pichocha' comenzó como algo despectivo, pero logró voltear el significado hasta convertirse hoy en sinónimo de valentía y arrojo.
En esa vorágine de principios del siglo XX, cuando la exportación de vino, azafrán y la industrialización de la cuenca del Vinalopó propició la aparición de una burguesía adinerada en Novelda, es cuando la Pichocha manda construir la Casa Navarro.
La vivienda, en la que residiría junto a sus hijas y su madre, se concibe como todo un homenaje a la vid y la uva. El origen de lo que les había dado tanta riqueza y que convirtió su patrimonio en uno de los más grandes de principios de siglo. Pero también sigue las premisas del modernismo valenciano más clásico, con formas suaves y redondeadas, pinturas en colores pastel, con temáticas amables y motivos florales por todos y cada uno de sus rincones.
El edificio, obra del arquitecto Pedro Cerdán, que en aquella época era el arquitecto oficial de Murcia, comenzó a construirse en 1900 y finalizó en 1903.
No fue el único legado de esta mujer al modernismo noveldense. A instancias de Antonia Navarro se restauró otro edificio siguiendo los patrones modernistas, muy cerca de donde se encuentra la casa museo. Era el regalo de esta mujer a una de sus hijas, y hoy en día alberga el centro cultural Gómez-Tortosa y la oficina de turismo de Novelda.
Pero no acaba ahí la inspiración modernista de esta localidad del Vinalopó Medio. Otro de los secretos mejor guardados de Novelda es el Santuario de Santa María Magdalena.
Una obra del ingeniero industrial José Sala Sala, natural de esta localidad, que se inspiró en la obra de Gaudí para la Sagrada Familia en la construcción de un santuario que sustituyó a la antigua ermita al lado del castillo de la Mola. Un edificio religioso pero de titularidad municipal que se construyó con los donativos de los noveldenses entre 1918 y 1946 -tuvo que ser acabado por el arquitecto Patricio Payá Belda-.
Entre sus particularidades, el nuevo santuario huía de la tradicional edificación en planta de cruz latina de las iglesias. En este caso la forma de esta construcción recuerda a un jarrón, como el de ungüento que con el que la Magdalena le ungió los pies y la cabeza a Jesucristo, un homenaje a la patrona de Novelda y a la que está consagrada el templo.
El constructor se valió de las propias formas, colores y texturas de la roca para formar una fachada colorida y llena de detalles, en la que el ladrillo juega con los azulejos y se posa sobre las piedras creando una decoración única. De hecho, cuentan que los cantos rodados que embellecen la base del edificio, creando un degradado particular, fueron escogidos a mano por José Sala Sala y su mujer del lecho del Vinalopó.
Además, el altar de esta iglesia exhibe dos pinturas de gran tamaño del artista alicantino Gastón Castelló y del valenciano Carmelo Castellano Ibáñez. Y presenta en construcción un órgano monumental de piedra con el propio mármol de la zona.
No son los únicos vestigios en un pueblo que cuenta con casi medio No son los únicos vestigios en un pueblo que cuenta con casi medio centenar de viviendas, esculturas y edificios que siguen las premisas del modernismo valenciano. Una cantidad que le ha valido ser incluida en la Ruta del Modernismo Europeo, que atrae a miles de turistas cada año por su variedad y buen estado de conservación.
Un legado que los locales reconocen que es más conocido fuera de la provincia de Alicante que dentro, ya que la mayor parte de visitantes son extranjeros y muchos alicantinos desconocen la profunda influencia del modernismo en esta ciudad.
A la casa de 'la Pichocha' y el santuario se suman la Casa Mira, de titularidad privada pero que se abre al público para la semana del modernismo de Novelda, que suele celebrarse en octubre.
También otros edificios como el Casino de Novelda y sus jardines que cuentan con un templete modernista y que se puede visitar de manera gratuita. Un espacio único en el que sentarse a tomar un café, leer el periódico o jugar al dominó en uno de sus abundantes salones con lámparas colgantes y llenos de espejos inmensos que nos transportan a otra época.
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Álvaro Soto | Madrid y Lidia Carvajal
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