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El catálogo de motivos es tan extenso como coincidente, pero la conclusión es una: no se pueden hacer hogueras en las playas en la noche de San Juan. Benidorm, la gran potencia turística de la Marina Baixa, fue de los primeros en tomar esa decisión ... hace ya décadas. Hoy en día, tampoco los permiten La Vila Joiosa, Altea, l'Albir o Finestrat.
Es una de las tradiciones más íntimamente relacionadas con el día que marca la llegada del verano: el fuego a la orilla del mar. Antiguamente, miles de personas se reunían alrededor de hogueras improvisadas sobre la arena para compartir la noche más corta del año.
En aquella época, las playas eran poco más que el lugar en el que dejar varadas las barcas de pesca y hacer la criba del pescado antes de llevarlo a la plaza o a su punto de venta. Era, de alguna manera, la frontera entre la seguridad de la tierra y los peligros del mar.
Todo eso quedó atrás y hoy en día las playas son uno de los principales atractivos turísticos no sólo de Benidorm, sino también de los grandes destinos costeros de la Marina Baixa, con Altea, l'Albir, Finestrat y La Vila Joiosa a la cabeza.
Mónica Gómez, responsable del área de Playas de la capital turística de la Comunitat Valenciana, es clara: «no se puede hacer fuego, como tampoco se puede acceder a la playa con envases de vidrio. Debe primar la limpieza y, sobre todo, la seguridad de los usuarios de nuestras playas». No sólo los de esa noche, sino, sobre todo, los que buscarán los primeros rayos de sol apenas unas horas después.
De la misma manera, se ha prohibido de forma taxativa en todos los municipios el uso de farolillos voladores, ese invento que se puso tan de moda hace no tantos años y que, arrastrado por el viento, ha generado ya importantes sustos y algún que otro incendio en diversos lugares de España.
Benidorm, l'Albir y Altea tienen sus playas dentro del Parc Natural de la Serra Gelada, por lo que su vigilancia respecto a cualquier actividad que pueda poner en peligro ese recurso natural, incluidos esos farolillos voladores, será extrema.
Lo mismo sucederá en Finestrat y La Vila que también tienen varios de sus arenales rodeados de masas verdes muy sensibles al riesgo de incendio.
A pesar de todo, los municipios de la Marina Baixa se preparan para una noche en la que sus vecinos acudirán en masa a las playas y, para ello, han previsto dispositivos de seguridad que, en todos los casos, incluyen el aumento del horario del salvamento y socorrismo hasta la madrugada y el refuerzo de los servicios de limpieza para garantizar que las playas presenten su mejor aspecto a primera hora de la mañana.
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