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Hasta hace no mucho tiempo, Turisme Comunitat Valenciana promocionaba la región con el slogan 'no me mandes más postales' invitando a los potenciales visitantes a vivir en primera persona la experiencia de perderse en los muchos destinos de la zona. En Benidorm, al menos eso ... es lo que parece al ver las enormes colas que se están formando estos días en sus administraciones de loterías, el lema podría transformarse en 'no me mandes más postales… pero sí un décimo de El Gordo'.
En la administración número 4 de la capital turística, ubicada en la muy céntrica calle Gambo, el cartel situado a la entrada reza un no menos ingenioso «el mejor recuerdo... llevarse los millones». Allí, este jueves, como viene sucediendo desde hace días y seguirá pasando hasta el 21 de diciembre, decenas de turistas eligen los décimos de la Lotería de Navidad como suvenir predilecto de este puente de la Constitución y la Purísima que está dejando ocupaciones hoteleras por encima del 85% en la ciudad.
A algunos de los lugares más transitados durante estos días en la ciudad, como el mirador de la plaza del Castillo o los paseos marítimos de Levante y Poniente, se suman las imágenes de largas filas en la ya mencionada administración, o en la número 1, ubicada en la calle Santo Domingo, popularmente conocida como la 'calle de los vascos' o 'de las tapas'.
En esta última, Conchi, llegada desde Lazkao (Gipuzkoa), cuenta cómo su marido y ella eligen siempre Benidorm como destino durante este puente y una parada obligatoria es el despacho lotero. «Toda la familia nos encarga un décimo de Benidorm, es toda una tradición».
Javier también espera en la cola mientras ojea la prensa local de su tierra, Navarra, «en papel, que es como me gusta», dice con marcado acento navarro. «Nosotros venimos de Pamplona casi todos los años a pasar el puente que nosotros llamamos foral, venimos desde el 28 de octubre que es San Saturnino, el patrón de Pamplona, hasta después de la Inmaculada». Se lleva tres décimos para compartir con familia y amigos.
Pero los décimos vendidos en Benidorm no sólo viajan a la mitad norte peninsular. Alfonso llega desde La Campana, un pequeño municipio de apenas 5.000 habitantes muy cercano a Sevilla. Él, que ahora viaja «solo porque mi mujer murió hace tres años» solía venir siempre con ella. Pese a ese cambio, hay tradiciones que permanecen. «Cada año vengo a Benidorm en este puente y siempre me llevo unos décimos para repartir entre familia y amigos». Unos décimos que no le encargan, sino que «los regalo»… y ya ha repartido dividendos. «Una vez cayó una pedrea… comimos muy bien en Nochevieja», recuerda entre risas.
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