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Vuelve la polémica por la denominación de las calles de Alicante. Tras las batallas lidiadas en época del tripartito -PSOE, Guanyar y Compromís-por suprimir las vías «franquistas» de la ciudad, Vox apunta una nueva ofensiva al exigir la retirada del vial Indalecio Prieto del callejero local.
El grupo municipal de la formación populista en Alicante llevará al Pleno del próximo jueves una declaración institucional en la que solicitará la retirada del nombre del histórico líder y militante del PSOE de una calle en el barrio del Pla del Bon Repós, ubicada en uno de los laterales del Marq.
El concejal de Vox, Mario Ortolá, ha considerado que este político socialista, titular de distintos miniterios en tiempos de la Segunda República, fue «uno de los personajes españoles más sangrientos y violentos del siglo XX» al colaborar «activamente en el golpe de estado de Asturias de 1934».
Según el edil, Prieto «hace justicia a las señas de identidad históricas del PSOE y del resto de la extrema izquierda española, luchó activamente en contra de los valores democráticos de pluralismo político y libertad religiosa y atentó directamente contra el gobierno de la Segunda República en 1934, armando a los golpistas con fusiles, ametralladoras, granadas, bombas y cientos de miles de cartuchos, en una insurrección armada que costó la vida de más de 2.000 españoles».
«Este episodio fue, sin duda alguna, según muchos historiadores, el inicio de las hostilidades y enfrentamientos civiles que desembocaron en la Guerra Civil. La tendencia izquierdista a dividir a los españoles y provocar confrontaciones artificiales entre nosotros que sigue vigente y en plena forma toma como modelo las actuaciones sectarias de criminales como Prieto, que derramaron sangre por una ideología sectaria y totalitaria», añade el concejal populista.
Desde Vox sostienen que «la sombra del crimen también se cierne sobre Prieto cuando uno de sus escoltas personales y militante del PSOE, en apoyo de un grupo de guardias de asalto, secuestró cuatro hijos -en su casa y delante de su mujer- a José Calvo Sotelo, diputado monárquico, el 13 de julio de 1936, para luego ejecutarlo con dos tiros en la cabeza».
«La persecución del opositor político y los atentados a la unidad e integridad nacional son dos delitos que atentan directamente contra los valores democráticos que la extrema izquierda dice, de manera falaz, defender», apostilla Ortolá.
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