Los Reyes Magos desembarcan en el Puerto de Alicante

Y, de golpe el sonido de las olas del mar ha sido acallado por una leva melodía que, conforme avanzaba a tierra, iba ganando intensidad. «Ya vienen los Reyes Magos», así por partida doble, era el villancico que sonaba en la patrullera de la Guardia Civil encargada de acercar a tierra a sus Majestades. En Alicante, los tres Sabios de Oriente llegan en barco y, de ahí, a los camellos. No sin antes pasar por la plaza de Toros para saludar a todos los niños y niñas.

Este barco, tan especial para los allí presentes -congregados a lo largo del Paseo Mártires de la Libertad y, también, en el del Puerto-, ha recorrido el exterior de la zona de paseo de embarcaciones. Desde el Panoramis hasta el Casino, repartiendo felicidad a su trayecto con los Reyes Magos presidiendo la proa y lanzando deseos a babor.

La patrullera ha atracado a mitad de Paseo, frente a la segunda Explanada de la ciudad. Allí han colocado la rampa que ha permitido que los tres Reyes Magos pudieran tocar tierra y acercarse al público presente. Nada más bajar Melchor, los gritos de ilusión y algería no han hecho más que empezar. Los más pequeños han comenzado a llamar a cada Sabio por su nombre, mientras les deseaban «feliz Navidad».

A su bajada, los Reyes han asegurado que ha sido una travesía tranquila que el viento de este viernes no ha logrado entorpecer. Así, en tierra han recorrido el nuevo paseo de madera próximo al mar con manos en el aire saludando a los más pequeños, antes de acercarse a las Escaleritas de la Reina donde -como si de estrellas en un photocall se tratara- han comenzado a estrechar las palmas de los niños y niñas con algún que otro abrazo también.

Todos ellos han quedado prendados con los trajes de sus Majestades. Melchor con túnica en tonos atigrados y detalles granates que han hecho relucir su blanca barba y cabello coronado en una diadema oro y granate, de metal y tela. Gaspar, en su caso, más solemne con texturas planas en tonos azules marinos y oscuros, combinados con una casaca blanca y motivos en dorado, junto a su barba y melena castaña. Baltasar, exótico como siempre, con un turbantes de largas plumas magentas, tonos que ha lucido en su capa y túnica con motivos de leopardo.

Tras el paseo a pie de mar, han puesto rumbo hacia la plaza de Toros para subir al escenario plantado en la arena y lanzar un mensaje a los más de 6.000 asistentes que allí les esperaban disfrutando de un espectáculo infantil.

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