Madelin y Eduardo, dos de los residentes de estas viviendas. Shootori

La «casa grande» de Alicante en la que no existe la soledad

El edificio intergeneracional de la Plaza América es un oasis de convivencia en el que personas jóvenes y mayores comparten el día a día

Domingo, 16 de marzo 2025, 05:53

Hay un edificio en Alicante donde todos conocen el nombre de todos; donde personas mayores y jóvenes comparten sala de televisión, la hora del vermut o celebran Carnaval juntos; donde se preguntan unos a otros antes de ir a comprar el pan o tienen las puertas abiertas para ir a contarle el último cotilleo romántico a la vecina de al lado. Para muchas personas, el Edificio de Viviendas Intergeneracionales de Plaza América es mucho más que una casa, es un hogar donde la soledad no existe.

Publicidad

Madelin Fuente, la presidenta de la comunidad, lo tiene claro. Esta mujer de casi 80 años es pura energía. Lleva desde los 65 viviendo en uno de los pequeños apartamentos de este edificio, apenas 50 metros distribuidos para ser totalmente personalizables y adaptables. Un espacio en el que personas de entre 18 y 35 años y mayores de 65 años hacen su vida. Esta mujer prepara estos días su examen para lograr la nacionalidad española. Aunque lleva más de 30 años aquí nunca la había necesitado y ahora es Paula, una de las vecinas jóvenes, la que le está ayudando a estudiar. «Ayer nos pasamos aquí media noche hablando de sus amores, yo le doy consejos», explica Madelin.

Tres zonas comunes: sala de televisión, sala de informática y jardín urbano. Shootori

Ese es justamente el éxito de las viviendas intergeneracionales del Patronato de la Vivienda de Alicante: la convivencia plena. Un sistema que, por un lado, ataca los cimientos de la soledad que muchas personas mayores sienten y que, por otro, ayuda a los jóvenes a encontrar una vivienda digna. «Este edificio nos ayuda a dar vida a los años», explica la presidenta. Junto a ella está Eduardo Varo. Este joven vive desde hace cinco años en este edificio junto con su novia, aunque pronto se tendrán que ir porque la pareja está esperando un hijo y dejarán un hueco para los próximos jóvenes.

La relación es tan estrecha que Madelin tiene una pequeña foto de la primera ecografía, que ha mandado enmarcar, y todos en la comunidad están muy contentos por ellos. Forman comunidad en la que todos celebran juntos, conviven y se conocen, como antes se hacía en los edificios y los barrios.

Casa de Madelin

Casa de Edu

Las dos viviendas tienen la misma distribución pero cada uno se la ha personalizado a su gusto. Shootori

Si Madelin es el nexo de la comunidad de mayores, Eduardo participa en el Comité del Buen Vecino, un órgano en el que un joven y un mayor por planta hacen de mediadores en la comunidad. Pero reconoce que también es un poco el 'chico para todo'. Los jóvenes se encargan de visitar a algún mayor cuando se pone enfermo, les hacen la compra o, si tiene cualquier percance, se encargan de socorrerle. Un apoyo que, como afirma la trabajadora social del Patronato de la Vivienda, Marisa Serrano, les permite mantener una alta calidad de vida durante más tiempo.

Publicidad

Pero estas viviendas son mucho más que un refugio de 50 metros. Las zonas comunes en cada planta, los huertos y la terraza dan vida a esta comunidad. En ella se celebran cumpleaños, Hogueras, Navidades y los talleres en los que participan jóvenes y mayores.

Madelin explica que ella es la precursora de la hora del vermut, una actividad que comenzó con varias vecinas quedando los viernes al mediodía en la puerta de casa de la presidenta y que se ha convertido en una cita obligada.

Publicidad

Pero hay otros que varían, según necesitan los inquilinos o propone alguno de ellos. Hay deportivos, como yoga en silla o cuida tu salud; otros de informática o de cine, tertulias y cualquier otra actividad que un vecino se presente a dirigir. La clave es la convivencia y una vocación de compartir con los demás el día a día.

Madelin, en el sofá en el que ve la tele. Edu, en la silla desde la que se sienta a trabajar con el ordenador. Shootori

Hay tanta afinidad que algún vecino le ha comentado a la presidenta que, «aunque le tocase la lotería, nunca jamás se movería de su piso de 50 metros cuadrados». Madelin ha pintado y decorado el suyo a su manera, lleno de figuras y tonos rosas. Nada que ver con el de Eduardo, con un estilo mucho más sobrio y nórdico tan de moda ahora en las viviendas de los jóvenes.

Publicidad

Sin embargo, estos apartamentos son solo una pequeña parte de la casa grande. En este edificio todos son una familia y no existe esa soledad no deseada -esa terrible epidemia silenciosa de las grandes ciudades-. La otra parte, quizás la más importante, son las salas comunes y los jardines, la terraza y los descansillos -que recuerdan a una corrala- y que muchas veces se convierten en salones improvisados. Una familia grande en la que todos se sienten apoyados. Quizás por eso muchos de los antiguos habitantes jóvenes vuelven de visita o llaman cada poco tiempo. Quizás por eso los mayores alcanzan unos niveles de bienestar dignos de estudio.

Sin morosidad y 100% bien conservados

El mantenimiento de las viviendas es impecable en todas ellas, sean habitadas por jóvenes o por mayores. Según el censo de las personas en alojadas en viviendas gestionadas por el Patronato Municipal de la Vivienda, en estos pisos habitan sobre todo mujeres, muchas jubiladas, que viven solas y que presentan alguna situación de vulnerabilidad. En cuanto a las personas jóvenes las inscritas, un 83% son mujeres.

Publicidad

Un proyecto alicantino de premio

Aunque las viviendas intergeneracionales de Plaza América sean muy desconocidas en la ciudad, este proyecto se ha situado durante años a la vanguardia de la administración pública. El primer premio a este edificio llegó en el año 2010 de la mano de la Asociación de Gestores de Vivienda y Suelo, en la categoría de 'Mejor intervención socio-comunitaria'. También recibió una mención de ONU Hábitat en 2012 y el galardón de Embajadores Intergeneracionales, de la Cátedra de Estudios Intergeneracionales de la Universidad de Granada en la categoría de «Administración Pública».

Otros datos es que la morosidad tan solo alcanza el 4% en el caso de las mayores y no aparece en el de los jóvenes. Además, el 97% considera que tiene suficiente espacio para vivir adecuadamente y el 98% están satisfechos con la vivienda.

Un nuevo edificio intergeneracional en Alicante

Este modelo de éxito se ampliará en los próximos años con la construcción de otro edificio con viviendas intergeneracionales en Benalúa Sur. La Junta de Gobierno aprobó en septiembre el cambio de calificación de un solar en esta zona para permitir la construcción de un edificio cuya planta baja y primera se destinen a equipamientos dotacionales y para el resto de las plantas viviendas destinadas a residencia permanente en régimen de alquiler.

Noticia Patrocinada

El estudio de viabilidad realizado en su día por el Patronato Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de Alicante contempla la construcción de un edificio de ocho plantas, con dos destinadas a usos dotacionales, actividades comunitarias y servicios, mientras que el resto se ubicarían alrededor de 80 viviendas, siguiendo el modelo desarrollado en el edificio de Plaza América.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad