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Sin acuerdo, así se le plantea al Gobierno municipal de PP y Ciudadanos la aprobación de las cuentas municipales para 2023. De momento, los que han sido sus socios para que los Presupuestos salieran adelante los últimos años, Vox, ya han adelantado que no se abstendrán ... en un pleno en el que necesitan más síes que noes para salir adelante.
El punto de conflicto ha sido la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que deberán tener en funcionamiento todos los Ayuntamientos de más de 50.000 habitantes. El proyecto de presupuesto municipal presentado por PP y Ciudadanos incluye 9.851.232 euros para la implantación de este plan.
La salida para aprobar las cuentas de 2023 es complicada, por un lado la normativa exige la aplicación de la ZBE. Pero por otro, si se aplica, PP y Ciudadanos necesitan la abstención de al menos uno de los grupos de la oposición, algo que a día de hoy no parece probable. En año electoral no sería raro que los presupuestos se prorrogaran, pero esto podría poner en jaque las subvenciones europeas que recibe Alicante.
Antonio Manresa
Portavoz del equipo de gobierno municipal
El pasado viernes acabó el plazo de enmiendas, ahora la oficina presupuestaria y los técnicos de las áreas revisarán las modificaciones presentadas por los grupos de la oposición y emitirán un informe técnico, después las cuentas pasarán por Comisión de Hacienda y de ahí a su aprobación inicial en un Pleno municipal.
«Lo que haremos es seguir los plazos que se suelen llevar», explica el portavoz municipal Antonio Manresa (Ciudadanos). «Estamos en un momento excepcional, este año hay elecciones y cada partido quiere marcar su estrategia. Hemos hecho unos presupuestos responsables para atender todas las necesidades y las nuevas contratas que tiene el Ayuntamiento y apelamos a la responsabilidad de todos los grupos de la oposición», ha añadido.
Manuel Villar
Portavoz adjunto del equipo de gobierno municipal
Una responsabilidad que le piden a la formación de extrema derecha. «Las posturas de cada partido son de cada uno y ellos tendrán que explicar ante su electorado o ante el resto de la ciudadanía, el porqué toman una postura u otra, pero la ley es la que es y hay que cumplirla», ha explicado Manresa.
Algo que también ampliaba el portavoz adjunto, Manuel Villar (PP), quien ha añadido que «siempre hemos dicho lo mismo, que el margen de restricción va a ser mínimo, incluso nulo. Entiendo que cuando a Vox se lo volvamos a explicar lo entenderán. La ZBE no debería ser una una justificación para un voto en contra, porque no se parece en nada lo que están comentando ellos a lo que va a hacer el Ayuntamiento de Alicante».
Si un pacto con Vox parece complicado, a tenor de la encrucijada en la que coloca el partido ultraderechista al gobierno municipal por la ZBE, un pacto a la izquierda resulta prácticamente imposible.
El PSOE, quien llegó a abstenerse en la aprobación de las cuentas municipales del año 2020 por la complicada situación de la pandemia y en un ejercicio de «responsabilidadad política», ha calificado las declaraciones de Villar como «otro guiño a Vox para que le aprueben un Presupuesto que no responde a ninguna de las necesidades que requiere la ciudadanía alicantina».
El portavoz socialista, Miguel Millana ha insistido en que »son unas cuentas municipales cicateras, sin rumbo, donde se evidencia que no hay un modelo de ciudad y que el ciclo de Barcala está finalizado».
Por su parte, el portavoz de Unides Podem Xavier López, ha afirmado que PP y Vox «dedican su tiempo a desarrollar su agenda ideológica». El concejal insiste en que «ahora están buscando la forma de prevaricar con el incumplimiento de la Ley de Cambio Climático en la aplicación de la Zona de Bajas Emisiones».
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José Vicente Pérez Pardo
Desde la formación morada, no obstante, han tendido una mano al bipartito para la aprobación de las cuentas municipales. «Reiteramos al PP que hay otra vía para sacar adelante las cuentas: La derogación de la ordenanza de la Vergüenza». La eliminación de esta norma fue también uno de los requisitos que pusieron desde la izquierda para sentarse a negociar el pasado ejercicio, aunque nunca ha sido una posibilidad real para el bipartito.
En cambio, desde Compromís han considerado que «el Bipartito de Barcala está caducado, agotado y ya huele a rancio. No puede aprobar presupuestos y prefiere arrodillarse ante la agenda negacionista del cambio climático de la extrema derecha que sentarse a dialogar y negociar.»
El portavoz de la formación Natxo Bellido ha exigido a Barcala «responsabilidad» y que «se siente a negociar en primera persona y no tire la toalla, porque ya no tiene nada que ofrecer a los alicantinos. Sus mentiras y anuncios ya no cuelen.»
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