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Alicante tendrá presupuestos para 2023, «antes o después de elecciones», pero los tendrá. El alcalde, Luis Barcala, no se amedrenta después de que la ronda de negociaciones con los partidos de la oposición haya sido infructuosa. Cada uno de los portavoces de los cuatro grupos ... de la Corporación que no forman gobierno se ha descolgado con alguna condición previa antes de sentarse a hablar de números, proyectos y partidas. En este clima preelectoral es imposible llegar a acuerdos y parece que ya todos los tienen claro.
El propio regidor así lo asume en declaraciones a TodoAlicante: «Ponen unas condiciones que no tienen nada que ver con los presupuestos. La oposición no quiere hablar de presupuestos ni negociar, pero yo lo voy a seguir intentando hasta el final».
La comisión de Hacienda está convocada para este próximo viernes, paso previo a llevar los presupuestos a un Pleno extraordinario que sería a finales de febrero, como muy pronto. Queda tiempo aún para negociar, pero parece que las posiciones se enconan conforme llega el tiempo electoral.
Quizás después sea factible a partir del 28 de mayo, pero también tarde y que no haya presupuestos municipales hasta el último cuatrimestre del año. Y muchos proyectos financiados con fondos europeos en el alero. Pero algunos se pondrán de marcha, de ahí que el alcalde insista: «Si no salen los presupuestos ahora, saldrán después de las elecciones».
Responde de esta manera al órdago lanzado durante estos días por los portavoces de los grupos municipales, o sus candidatos, de PSOE, Compromís, Podemos y Vox.
El equipo de gobierno, formado por Partido Popular y Ciudadanos, solo cuenta con sus 14 votos favorables para el proyecto de cuentas municipales. De esta última ronda de conversaciones no ha conseguido rascar ni una abstención, necesaria para aprobar los presupuestos. De hecho, estos contactos no se pueden llegar a llamar siquiera negociaciones. Los portavoces de la oposición, o los candidatos, han puesto cada uno sus exigencias para continuar en la mesa.
La jugada la comenzó la candidata del PSOE, Ana Barceló, quien puso como condición para negociar que el alcalde retirase la ordenanza de convivencia, «de la vergüenza» en términos socialistas. Sabedora de que el equipo de gobierno no pasaría por ahí, el partido mayoritario de la oposición soltó presión y responsabilidad.
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José Vicente Pérez Pardo
Pero los demás vieron el juego y, así, cada uno ha participado como según ha considerado. Podemos, los segundos en la ronda de conversaciones, se descolgaron con que aceptaban su modelo fiscal con más tasas e impuestos o no iban a seguir hablando. «Estas cuentas están hechas para las clases altas y las grandes empresas y nosotros vamos a defender la alternativa al modelo del PP desde la visión de unos presupuestos para la mayoría social, las clases medias y trabajadoras, que proteja a los vulnerables y que apueste por la pyme y el autónomo», ha manifestado el portavoz, Xavier López.
Diferencias ideológicas irreconciliables y normales. Pero Compromís quiso subir la apuesta y ha pedido este miércoles el cese de la concejal de Acción Social, Julia Llopis, antes de hablar de presupuestos. Así lo han resaltado tanto su portavoz, Natxo Bellido, como el concejal y candidato Rafa Mas.
👉Reunión con Hacienda, a la que ha faltado el Alcalde 😡
Natxo Bellido (@NatxoBellido) February 8, 2023
👉Comunicamos que sin negociación #PresupuestosALC2023, nuestra abstención a las cuentas pasa por que Barcala CESE a Julia Llopis como responsable del fracaso de las políticas sociales municipales y el bloqueo a Edificant pic.twitter.com/vi1R2wiGpm
Por tanto, al equipo de gobierno solo le quedaba la esperanza de que Vox se abriera a negociar. Este grupo, después de apoyar todas las cuentas de la legislatura, ha presentado una enmienda a la totalidad y su negativa a aprobar estos presupuestos si no se retiraba la Zona de Bajas Emisiones o 'Alicante Central', como lo llaman. Las posturas seguían este miércoles igual: «Es una línea roja y no vamos a aprobar el presupuesto», ha asegurado el portavoz Mario Ortolá.
Aquí el equipo de gobierno tiene un problema. No puede eliminar estos proyectos, una parte de ellos ejectuándose y otras en fase de licitación, porque es una obligación de la Comisión Europea disponer de estas Zonas de Bajas Emisiones o de calmado de tráfico. Es decir, peatonalización del centro, reducción de vehículos y control de la contaminación en el anillo exterior de Alicante, por la Gran Vía.
De hecho, de todas las rupturas, las que más han dolido al equipo de gobierno han sido estas últimas. La concejal de Hacienda, Lidia López, ha lamentado este miércoles que Vox «se una a los grupos de la izquierda para bloquear unos Presupuestos necesarios para que la ciudad siga avanzando».
«Estamos convencidos de que los alicantinos tomarán buena nota de la actitud de Vox, que se ha alineado con las tesis de los socialistas, de Compromís y Unidas Podemos para bloquear las cuentas públicas de 2023 en una clara demostración de que no son partidos de Gobierno para defender los intereses generales de la ciudad», ha añadido López.
Vox era la última oportunidad que tenía el equipo de gobierno de aprobar las cuentas ya entrado el año. Todo parece indicar que no va a ser así y que Alicante deberá esperarse hasta después de las elecciones a tener presupuestos, como ya ha anticipado el alcalde, Luis Barcala.
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